Pasado el mediodía de hoy, en el recinto de la Cámara Baja del Congreso Nacional, comenzará el debate en particular de la denominada Ley Ómnibus, lo que para muchos analistas constituiría, de aprobarse, el verdadero comienzo de la gestión de Javier Milei al frente del Ejecutivo.
En lo que nuevamente se espera como una sesión maratónica que se extenderá por varias jornadas, el foco para el complejo agroindustrial estará centrado en varios temas claves, algunos sobre los que incluso no hay una postura unificada en el propio sector.
Luego de que la semana pasada se lograra la aprobación en general, sin el paquete fiscal y por lo tanto con la suba de retenciones afuera de las medidas, la problemática de la propiedad y uso de las semillas por un lado, y los biocombustibles por el otro, se posicionan como los aspectos más álgidos en vinculación a la producción que se tratarán en el cuerpo legislativo.
La adhesión al convenio UPOV 91 tuvo por parte del Gobierno una señal para lograr su aprobación, y es la incorporación de un artículo en el que se le garantiza a los productores la posibilidad de hacer uso de las semillas obtenidas de la producción propia. No hay un consenso de posturas sobre el tema: diversas entidades piden su quita o modificación, en tanto otros referentes indican que es un paso necesario.
Con respecto a los biocombustibles, las voces más insistentes en el pedido de modificaciones a lo que está en el papel provienen de Córdoba y Santa Fe, las principales provincias del bloque Región Centro. Cabe recordar que se debatirán cambios en el Régimen de Biocombustibles en una línea que desregula los precios y plantea un esquema de aumento de los cortes obligatorios en biodiesel y etanol.
Sin embargo, una de las principales quejas del sector es que, con los cambios que impulsa el Gobierno, se permitiría que las aceiteras elaboren y vendan biodiesel de manera directa a las petroleras. Además, las pymes elaboradoras de biodiésel exigen una segmentación que contemple la capacidad de producción y la distancia a destino, entre otros aspectos.
También hay expectativas en el sector cárnico y de los frigoríficos, por la reglamentación del régimen de habilitación y funcionamiento de los establecimientos faenadores.
En este “segundo round” que se dará en la Cámara Baja, luego de la votación en particular, el texto final pasará al Senado, cuerpo que también debatirá el proyecto en comisiones; si posteriormente llega al recinto de la Cámara Alta, se votará también de forma general y particular. De establecerse modificaciones, el texto debe retornar a la Cámara de Diputados.
