sábado, 04 de mayo de 2024
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Semillas. Ingenieros agrónomos a favor de que Argentina adhiera a Convención que reconoce derechos de propiedad intelectual

Para el Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica de la República Argentina (CPIA), la adhesión de la Argentina a la Convención Internacional Sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV) Acta 1991 es una de las grandes deudas que nuestro país tiene en materia semillas y mejoramiento genético.

De esta manera, los profesionales del agro se metieron en el debate que primero se inició con una enérgica oposición de las entidades agropecuarias y que luego fue respondida por el propio Gobierno Nacional.

La controversia se suscitó porque en el proyecto de Ley Ómnibus enviado por Milei al Congreso, se contempla la adhesión del país a esta Convención que reconoce derechos de propiedad intelectual a los obtentores de variedades vegetales. Actualmente, Argentina ya se encuentra adherida a UPOV ACTA 1978.

Palabra de los Ingenieros

En los últimos días, un pequeño, pero para nada inocente artículo incluido entre los más de 500 que tiene el proyecto de Ley Ómnibus de Milei, generó un gran debate que sin dudas es necesario que se de en nuestro país. Se trata del artículo 241 de la Sección II “Adhesión a Convención” que textualmente establece: “La República Argentina adhiere a la Convención Internacional sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV), ACTA 1991”.

En primer lugar, las entidades agropecuarias se manifestaron en contra de la adhesión de la Argentina a UPOV-91 porque consideran que implicaría una limitación al uso propio de las semillas por parte de los agricultores. Luego el Gobierno respondió que suscribir a UPOV 91 significaría el acceso a la mejor tecnología genética disponible para todos los productores.

En este mismo sentido, se metió en el debate el Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica de la República Argentina (CPIA) al considerar en un comunicado que la adhesión a la Convención en cuestión “es una de las grandes deudas que nuestro país tiene” ya que “daría impulso al desarrollo genético de variedades tales como arvejas, lentejas, garbanzos, lechuga, tomate, maní, porotos, entre otros. Claves para mejorar la seguridad alimentaria donde nuestro país dispone del potencial para ser líder global”.

“Como profesionales del mejoramiento genético vegetal no podemos dejar de mencionar que la adhesión de nuestro país al UPOV 91 significaría un salto cualitativo y cuantitativo” explicaron. Y al respecto, argumentaron que, permitiría incrementar el rendimiento por unidad de superficie de muchos cultivos y su valor nutricional, eficientizar el uso de recursos, ampliar la biodiversidad y mejorar la rentabilidad del productor.

“Adherir al UPOV 91 implicaría que los profesionales del sector podamos sugerir mejorar o simplemente actualizar las variedades genéticas que utiliza el productor”, agregaron.

En otro párrafo del comunicado, los profesionales del agro resaltaron que UPOV 91 no restringe el derecho de uso propio de los agricultores y “que UPOV 91 solo se aplica en aquellas especies que en las que haya algún tipo de mejoramiento y no es aplicable en especies nativas o criollas que de manera permanente los agricultores de pequeña, mediana escala o campesinos mejoran y utilizan”, aclararon.

Además, desde CPIA se ocuparon en subrayar que “tampoco regula temas comerciales, esto es que ninguna empresa podrá cobrar regalías por el uso industrial derivado del cultivo”.

Otra aclaración que hacen los ingenieros agrónomos, “es que UPOV 91 no es un sistema de patentes ni se relaciona con la misma, no se patentan plantas, sino que se protegen por derechos del obtentor. UPOV 91 no cambia el sistema de patentes y sus principios, sino que regula el del obtentor”. Además, señalaron que su adhesión también potenciaría el rol de organismos del estado abocados a mejoramiento genético, como el INTA, el CONICET y demás demás pymes y fitomejoradores

La entidad recordó que Naciones productoras y exportadoras, competidoras directas de nuestro país, como Estados Unidos y Australia, se encuentran adheridas, así como 29 de los 38 países que integran la Unión Europea.

Por todo esto, los ingenieros agrónomos consideraron que “adherir al Acta 1991 de UPOV significa un enorme salto institucional para nuestro país, que nos permitiría a los profesionales y fitomejoradores desarrollar con mayor amplitud y libertad el mejoramiento genético vegetal de modo de poder dar ese salto de calidad que le permita a nuestra nación volver a estar en la vanguardia”.

El comunicado con la posición del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica de la República Argentina (CPIA) se puede repasar completo en un posteo realizado en la cuenta oficial de X de la entidad.

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