domingo, 28 de abril de 2024
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Tras 3 Niñas, los acuíferos de Córdoba no fueron impactados y permiten ampliar el área con riego

Muy buena calidad del agua, valores que no sufrieron mayores modificaciones y buenas perspectivas de recarga, son los tres ejes principales que el geólogo Claudio Carignano expuso en la última reunión del Consorcio de Regantes de Córdoba, como resultado de un año más de mediciones de los acuíferos de la provincia.

“Hace 12 años que monitoreamos los acuíferos ya que comenzamos en 2012, también a la salida de una sequía muy fuerte que había comenzado en 2008; con esto quiero decir que partimos de un piso donde los niveles estaban relativamente bajos, y durante varios años registramos el incremento de recarga a través de las lluvias que tuvieron su pico en 2016. A partir de allí se estabilizó el sistema, en 2018 tuvimos otra sequía puntual y comenzamos a tener un descenso que continuó este año, con lo cual nos estamos acercando a los valores que obtuvimos en el inicio del proyecto, en 2012”, inició Carignano su explicación para Agroverdad.

Pero inmediatamente aclaró: “A nosotros, esto nos deja satisfechos porque esto implica que después de la fuerte sequía de este año, todavía no registramos valores iguales a la previa. Y estamos ya teniendo algunas lluvias, con el pronóstico de que, si bien El Niño no va a ser muy fuerte, va a aportar una cantidad suficiente de lluvias como para recargar los sistemas. Así es que esperamos que en las próximas campañas tengamos la posibilidad de registrar un nuevo ascenso y tener recarga de los acuíferos”.

Sin efectos negativos

“En la práctica, para el productor y la gente en general no hay efectos visibles. Nosotros hacemos una medición muy precisa cuyas variaciones incluso son en centímetros, eso hay que recalcarlo, y en cuanto a calidad y caudal no cambia nada. Solo registramos las fluctuaciones, eso nos permite hacer una proyección de variación a lo largo de un periodo extenso: partimos de una baja, tuvimos un pico y ahora una nueva baja, y con esto se puede establecer una curva a futuro que por supuesto se validará cuando empecemos a medir el resultado de las próximas lluvias. Pero no ha habido un impacto significativo de estos últimos tres años con escasas precipitaciones”, agregó el profesional.

“Esa curva, según lo que venimos midiendo, teniendo en cuenta los ciclos Niño y Niña, muestra unos seis años entre una seca y la recarga siguiente, más allá de que esto depende de cómo vaya lloviendo. Generalmente, nosotros notamos el efecto de las lluvias de verano en el invierno siguiente. Ahora que estamos comenzando la campaña de verano, probablemente todavía no la detectemos, pero sí seguramente en el invierno de 2024 comencemos a notar el ascenso, por supuesto si se dan las lluvias en mayor volumen a las que venimos observando, cosa que de acuerdo a los pronósticos aparentemente se va a dar”, subrayó el geólogo.

Buena calidad

Consultado sobre la calidad del agua subterránea de Córdoba, Carignano manifestó que “en general es muy buena para los fines de riego, si bien hay algunos sectores con salinidad en los que hay que tener cuidado porque puede llegar a afectar la capacidad de suelo, pero eso cualquier agricultor lo conoce y lo va corrigiendo. Pero otra cosa que hemos podido comprobar estos años es que, a pesar de estas fluctuaciones en los niveles, la calidad del agua no varía; no hemos detectado cambios significativos, excepto casos puntuales que están en las zonas marginales donde nos aproximamos por ejemplo a la laguna Mar Chiquita donde hay más salinidad”.

Crecimiento potencial

“Siempre la duda de la sociedad que no es agrícola, es si la producción se está consumiendo el recurso hídrico. Lo que hemos visto desde que comenzamos el proyecto hasta ahora, es que prácticamente se incrementó casi un 40% la cantidad de perforaciones que pertenecen al Consorcio y que por lo tanto monitoreamos, y eso no ha tenido un impacto”, afirmó Carignano.

“A su vez hemos visto que, a pesar de las sequías, el efecto de un incremento de riego tampoco afecta al sistema. De todos modos, la densidad de perforaciones por región es baja, si bien a la gente le impacta ver un equipo de riego, están muy separados uno del otro, es decir que casi no hay posibilidades de que impacten directamente”, indicó.

Y finalizó: “Uno de los objetivos de este proyecto era ver si potencialmente tenía impacto el recurso con el riego, y preservarlo con políticas o lineamientos de uso para que sea sustentable y no afecte ni la calidad ni la cantidad, y que sea aprovechable por todos. Lo que estamos viendo es que el recurso natural que tenemos permite ampliar la frontera de riego, hay capacidad para ampliar la superficie regada”.

 

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