Los exportadores del complejo sojero le ponen un poco más de fichas a la segunda semana de vigencia de la nueva edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), que establece un tipo de cambio diferencial de $300 por dólar para la oleaginosa y economías regionales. De acuerdo a las expectativas de los principales actores del rubro, esperan que la comercialización del grano alcance mayores volúmenes a los registrados durante los primeros cinco días de la medida.
Según explicaron, la primera semana de vigencia del también denominado dólar agro fue “de ajuste de las reglamentaciones. El decreto que puso en marcha el PIE tuvo algunas innovaciones, entre ellas crear cuentas dólar linked”.
Con un nivel de actividad durante los primeros días que con mucho optimismo puede considerarse modesto en términos de comercialización del grano, el volumen diario promedio negociado durante la semana que pasó rondó en torno a las 100.000 toneladas.
Precio poco tentador
Una de las cuestiones centrales que, de acuerdo a opiniones de operadores del mercado, explica la poca comercialización, es que aparte de los mencionados ajustes de las cuestiones técnicas, el precio ofrecido por los compradores no sirvió para incentivar a los tenedores.
Durante la semana, los valores ofrecidos por la tonelada de soja se ubicaron en un rango de entre $ 90.000 y $95.000, cuando en la previa de la puesta en marcha de la medida, el sector productivo especulaba con un valor que sobrepasara los $100.000 la tonelada.
Por ahora, lejos de las proyecciones
En el Gobierno nacional y también en el sector exportador, aún esperan que se cumplan los pronósticos expresados antes del anuncio del Dólar Agro: alcanzar una liquidación por US$ 5.000 millones y una comercialización de 10 millones de toneladas.
En este último punto, se calcula que en manos de los productores hay entre cuatro y siete millones de toneladas de la campaña anterior, a lo que se sumaría la producción de este ciclo, cuyo volumen esperado es sensiblemente menor a lo obtenido el año pasado.
Con la peor cosecha de soja estimada en casi tres décadas, esgrimen que “además de las 23 millones de toneladas que se esperan cosechar, la mitad de ese volumen tiene serios problemas de calidad con granos verdes por cuestiones climáticos. Encima los trabajos vienen retrasados. Por eso mayo será muy importante para la comercialización con este tipo de cambio”.
