jueves, 02 de mayo de 2024
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La industria cárnica arrancó el segundo semestre acosada por suba de costos y problemas sin respuestas

Para la industria cárnica, el segundo semestre arrancó en un marco de mayor incertidumbre económica, acosada por suba de costos y problemas sin respuestas que complican el negocio, mientras, contra las suposiciones del gobierno sobre el aumento del precio de la carne, esta se viene comercializando a valores por debajo del ritmo de la inflación.

Además, habría dudas en los planes de inversión o adecuación de las plantas para la instrumentación del cuarteo de la media res. Y si bien, la primera mitad del año terminó con un buen nivel de actividad para el sector y con los precios más altos de la hacienda en 50 años, esos valores, no obstante, experimentaron mejoras inferiores a la inflación tanto en junio como en lo que va de julio.

Con este panorama, “se requiere de la urgente resolución de temas viejos y nuevos”, planteó el Dr. Daniel Urcia, vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), en su editorial mensual.

El «combo» se mete en la actuación del sector como actor de la demanda y del nivel de precios de la hacienda al productor.

Costos y problemas

Para la industria cárnica la segunda parte del 2.022 comenzó con costos crecientes y problemas que no encuentran respuestas y que complican la actividad del sector.

En este contexto, Urcia expresó que “sostener el nivel de actividad es necesario para la supervivencia de la actividad industrial y comercial. Las empresas se ven empujadas a ser cada vez más productivas debido al continuo incremento de costos y a las complicaciones para su traslado al precio de la carne”.

Entre los factores que implican costos crecientes para la industria cárnica, se señalan la escasez de gasoil que ocasiona trastornos para toda la logística del transporte de hacienda y distribución de carnes, lo que implica costos productivos de cada kilo de carne que sale de los frigoríficos. A lo que se suman, los incrementos en las tarifas de la energía eléctrica y los salarios, entre otros.

“El aumento de los costos de producción es absorbido por la industria frigorífica, los matarifes y por último los comerciantes minoristas, y el traslado a precio se da en la medida que el consumidor convalida los aumentos”, explica el directivo.

Por eso, para Urcia, “los esfuerzos deberían estar abocados en resolver cuestiones que erosionan la rentabilidad de la actividad y que son resortes del Estado”, De esta manera, la entidad renueva sus reclamos insistiendo con la posibilidad de exportar cueros crudos salados, con la modificación de alícuota de IVA al servicio de faena, la devolución de IVA por exportaciones que demora la AFIP, la adecuación de precios de referencia para exportaciones acorde a los movimientos del mercado internacional y el régimen simplificado para el comercio minorista.

Paralelamente, “los planes de inversión o adecuación de las plantas para la instrumentación del cuarteo de la media res se han visto absolutamente superados por el aumento de los precios y la dificultad de conseguir productos importados; la tramitación de créditos promovidos por el Estado y la banca oficial, también se ven afectados por la situación general”, alerta el vicepresidente de la entidad.

En definitiva, “pedimos que se resuelvan problemas históricos y también los nuevos que generan las sucesivas reglamentaciones o restricciones que complican la gestión y la eficiencia del negocio cárnico”, exhorta Daniel Urcia.

Precios y faena

Mientras tanto, el panorama de los precios internacionales no resulta alentador, siguen en baja los valores de la carne que pagan Europa y China, principales destinos la carnea argentina. Pero, por otra parte, generan expectativas las recientes visitas sanitarias recibidas por SENASA de funcionarios de Malasia y de Méjico, lo que alienta la posibilidad de acuerdos sanitarios para la apertura de dichos mercados.

Y si bien, los precios de la hacienda con destino a la faena registraron los mejores valores de los últimos 50 años, la segunda parte del año arrancó con precios de la carne en junio, y probablemente también en julio, con mejoras inferiores a la inflación.

En este sentido, el cierre del semestre mostró que hubo una faena vacuna 2% por encima de la registrada en los primeros 6 meses del año pasado. En el caso del sector porcino el incremento fue de 1%.

De esta manera, “el aumento de precios de la carne vacuna de junio fue muy inferior al índice de precios mensual y ya se coloca a la par en el interanual, pero aun así, el consumidor, debido a la situación general ve a la carne vacuna como un producto caro”, advierte Urcia.

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