sábado, 27 de abril de 2024
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La “Ruta del Vino Caroyense”: un circuito para descubrir en el norte cordobés

Además de destacarse por sus embutidos y chacinados, Colonia Caroya se consolida en la producción de vinos, aportándole un enorme potencial no sólo turístico sino también económico a la región.

De esta manera, se puede descubrir y recorrer la “Ruta del Vino Caroyense”, que en la actualidad cuenta con más de una decena de bodegas.

Desde la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), impulsora de la actividad productiva de la región, invitan a adentrarse en este camino y a visitar los establecimientos productivos, algunos de los cuales son socios de la entidad.

Vinos del norte cordobés

Las bodegas distribuidas a lo largo de la “Ruta del Vino Caroyense”, ofrecen vinos producidos con uvas tintas y blancas de excelente calidad gracias a los cuales Córdoba es reconocida como un importante exponente vitivinícola.

En la zona hay algo más de una decena de establecimientos. Algunos disponen de espacios gastronómicos de primer nivel e incluso hasta ofrecen alojamientos de alta gama. Algunas bodegas también han sido distinguidas con premios internacionales.

Precisamente, en el caso de La Caroyense y Terra Camiare, dos bodegas socias de la Sociedad Rural de Jesús María, sus vinos tintos y blancos han sido distinguidos en importantes certámenes internacionales.

Recorriendo esta“ruta”, será posible conocer bodegas y establecimientos en los que se podrán realizar visitas guiadas con degustación, e incluso comprar el vino elegido en el lugar.

“Se trata de bodegas y productores artesanales que trabajan revalorizando los métodos de sus ancestros, haciendo resurgir la industria y poniendo en valor su historia y la identidad cultural de la región”, destacaron desde la entidad ruralista del norte cordobés.

La SRJM es una Institución que trabaja en forma permanente en la elaboración, estudio y análisis de cuestiones relacionadas con la producción primaria, fomentando el desarrollo regional, de zonas urbanas, actividades y emprendimientos de gran alcance.

Un poco de historia

El vino en Córdoba nace con los jesuitas, que en el siglo XVII plantaron las primeras cepas en las Estancias de Jesús María a donde se podría decir que se concibió el “primer vino americano”.

En relación con este acontecimiento, cuentan que en el siglo XVII el primer vino argentino, el “lagrimilla”, se sirvió en la Corte española y fue degustado por el Rey Felipe V de España.

Luego, hacia finales del siglo XIX y principios del XX, la actividad y la producción vitivinícola de la zona se vio reforzada e impulsada por la inmigración friulana de Colonia Caroya que las mejoró.

Colonia Caroya y su vino conoció la gloria en los primeros años de la década de los 70, donde existían más de 1500 hectáreas implantadas con vides, y la conocida Bodega Cooperativa molía miles de toneladas de uva. Entre 1975 y 1976, sufrió la llegada de fuertes granizadas que arrasó con su producción y el ingreso económico de toda la región, recuperación que les llevó más de dos décadas.

Desde los 90 y hasta nuestros días, la zona muestra una gran reconversión a nivel agroindustrial y productiva en manos de los productores artesanales.

En la actualidad, Córdoba cuenta con varios y destacados establecimientos vitivinícolas que producen distintas cepas de uvas y que están distribuidos en diversas zonas: Valle de Calamuchita, Traslasierra, Norte de Córdoba, Sierras Chicas y Punilla, y que hacen honor a la memoria de aquellos vinos históricos, al tiempo que acunan todo el sabor y potencial del nuevo.

En este sentido, gracias a tecnologías de última generación, las bodegas cordobesas han podido alcanzar significativos avances en la calidad de todos sus vinos y, en particular, en vinos de cepas de altura.

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