El Laboratorio de Semillas de la Sociedad Rural de Jesús María comenzó a recibir muestras de garbanzo de la última campaña, con vistas a las siembras planificadas en el Norte de Córdoba. El último ciclo, el 2018, tuvo magros resultados en rendimiento y también en calidad, lo cual se refleja en la semilla disponible.
“El garbanzo que estamos analizando tiene un muy bajo poder germinativo (PG)”, comentó la Ing. Agr. Ana Goldi, en una nota difundida por el Area de Prensa de la SRJM.
Goldi señaló que “encarar la siembra con estas semillas puede ser costoso e inútil, pues no garantiza éxito en una nueva siembra”.
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Referentes del cultivo, como la Ing. Julia Carreras, vienen poniendo el acento en el germoplasma utilizado para cada campaña de garbanzo, recomendando siempre a los productores “mayor preocupación” por el uso de una semilla de calidad.
Por su parte la bióloga Helena Calvimonte, especialista en calidad de Microbiología del Laboratorio de la Sociedad Rural de Jesús María advirtió el hallazgo de “un lote con rabia del garbanzo en los análisis realizados”.
Pero además, “muchos productores están preocupados por la presencia de Fusarium”.
Por eso, “a todos les recomendamos realizar estos análisis previos para no llevarse sorpresas desagradables. Es necesario descartar antes de la siembra la presencia de enfermedades y la calidad del PG para empezar con el pie derecho”.
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