Con una novedosa tecnología redujeron hasta un 80% la infección del complejo de hongos Diaporthe / Phomopsis, responsable de grandes pérdidas económicas en el cultivo de soja.
Destacan la inocuidad ambiental de esta alternativa sanitaria, a través del empleo de plasmas fríos.
El estudio estuvo dirigido por investigadoras de la Facultad de Agronomía de la UBA y de la UTN Regional Venado Tuerto
Los resultados fueron publicados en la revista científica Innovative Food Science & Emerging Technologies y difundidos por el sitio de divulgación científica “Sobre la Tierra”.
Un hongo aliado de la lluvia
Las infecciones que causa el complejo Diaporthe/Phomopsis en el cultivo de soja se relacionan con el exceso de lluvia y generan notables pérdidas económicas ya que los hongos se dispersan de un campo a otro al sembrar semillas infectadas produciendo diversas enfermedades a lo largo del cultivo.
Aplicando la tecnología del plasma frío, se logró controlar hasta el 100% de la infección por el hongo Fusarium en granos de soja y se obtuvo como resultado la eliminación de hasta el 80% del patógeno.
“Aplicamos plasma a un lote de semillas infectadas en un 20% por diversas especies del complejo fúngico Diaporthe/Phomopsis y bajamos los valores a un 4%. Esto representó un 80% de control”, destacó Cecilia Pérez Pizá, docente de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA y estudiante de doctorado de la Escuela para Graduados ‘Alberto Soriano’ de la misma institución.
“Además, analizamos el ciclo completo de las semillas de soja tratadas con plasma y obtuvimos un significativo incremento en el número de vainas y granos por planta de soja”, resaltó la investigadora.
El uso de plasmas aumentó el vigor y poder germinativo de las semillas, y favoreció el desarrollo general de las plantas. Además, al aplicar el plasma frío a las semillas consiguieron un mejor control sanitario, en comparación con los tratamientos que usualmente se emplean para solucionar este problema.
A la luz de estos resultados alentadores, y por ser una metodología ‘limpia’, buscan utilizar los plasmas fríos para el manejo integrado de plagas tanto en la producción tradicional como en la orgánica.
Tecnología “limpia”
El uso de plasmas fríos es descrito como una tecnología “amigable con el ambiente”, ya que a diferencia de los fungicidas, no contamina el ambiente y no deja residuos tóxicos ni en las semillas ni en los campos.
“El plasma se genera a partir de un gas, oxígeno o nitrógeno gaseoso, que recibe descargas eléctricas. Como esto sucede a temperatura ambiente y presión atmosférica, además de tratar y mejorar el desarrollo de las semillas, controlamos los efectos negativos de los patógenos”, explicó Karina Balestrasse, investigadora del Conicet y docente de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA.
Balestrasse añadió que “el efecto del plasma se produce sobre el metabolismo y sobre las estructuras biológicas de los patógenos en cuestión, sin dejar compuestos tóxicos en las semillas, por lo tanto, no hay efectos residuales sobre el ambiente”.
Los investigadores destacan que esta técnica abre muchas líneas y posibilidades para su futuro uso, como por ejemplo la producción orgánica. Además, “ya estamos analizando el control de Fusarium en semillas de trigo. Tenemos muchas ideas para esta tecnología”, subrayan.
En este sentido, el grupo interdisciplinario que integran Balestrasse y Pérez Pizá también lleva adelante una línea de investigación enfocada en el control integrado de plagas a través de ensayos contra gorgojos en los que se logró una mortalidad del 100% con dosis aun menores a las necesarias para los complejos fúngicos y sin afectar la calidad de la harina.
Costos
Las investigadoradoras aseguran que la tecnología es fácilmente escalable, posee un costo razonable y consume la misma cantidad de energía que una heladera hogareña.
“Se la podría emplear en lotes pequeños de semillas o en toneladas de granos. Al aumentar los equipos generadores de plasma en serie, podríamos incrementar los volúmenes de material a tratar”, señalan.
El próximo paso será probar la técnica a escala de campo o de parcela, para lo cual esperan contar con la colaboración y el apoyo de empresas semilleras.
