sábado, 18 de mayo de 2024
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Las principales plagas que representaron un dolor de cabeza en la campaña 2023/2024

La campaña gruesa 2023/2024 pasará como un ciclo que estuvo atravesado por dos plagas: la oruga medidora en soja y la chicharrita en maíz, aunque en este último cultivo la cogollera también se presentó en altas poblaciones.

Esto sostiene el Informe de Plagas de FMC elaborado por los especialistas Daniel Igarzábal y Laura Britos. Y en el reporte, los profesionales advierten que, con estos antecedentes y en función de que se espera un año Niña, la próxima campaña será desafiante en materia de control de plagas.

“La oruga medidora en soja fue la plaga más importante en esta campaña para todo el centro del país, atacando incluso soja con genes de tolerancia. La temporada lluviosa se cortó a mediados de enero y se extendió por tres semanas. Al causar estrés en las plantas, aparecieron plagas propias de estas condiciones como trips y arañuelas que, aunque luego continuaron las lluvias, no se fueron más de los lotes”, señala el reporte.

Con respecto al maíz, señala que “la chicharrita atrajo la máxima atención, pero la cogollera estuvo presente y con más altas poblaciones. Las condiciones excepcionales del clima, alimento y desplazamiento difícilmente vuelvan a repetirse, pero hay que estar atentos a su ocurrencia en la próxima campaña. Se pronostica un año Niña. Esto es sequía y estrés de las plantas, por lo que por experiencias previas, habrá que prever daños por bolillera, arañuelas y trips en el cultivo de soja”, anticipan los especialistas.

Soja

“Durante la campaña 2023-2024 la oruga bolillera no fue protagonista. Las poblaciones en distintas partes de Argentina se mantuvieron en bajos niveles de abundancia en las capturas de trampas de feromonas, siendo correlativa su ocurrencia en campo”, detalla el trabajo.

En cambio, agrega que “la medidora, Rachiplusia nu, se presentó con mucha heterogeneidad en las distintas zonas variando desde numerosas capturas, con picos altos en enero y febrero en el norte de Córdoba, hasta casi ausente en el NEA y Entre Ríos, pasando por regiones intermedias como en el núcleo sur, con un pico hacia fines de diciembre que se mantuvo durante enero, y en el centro de Córdoba y Santa Fe con presencia permanente, pero en niveles medios a bajos”.

De acuerdo al relevamiento y análisis de Igarzábal y Britos, otras plagas tomaron protagonismo a partir del “bache” hídrico de mediados de enero hasta principios de febrero, cuando las plantas se estresaron por falta de precipitaciones y altas temperaturas, dando lugar a infestaciones de arañuela roja y trips, que a pesar de las lluvias posteriores se mantuvieron en los lotes hasta el final.

Maíz

“En maíz el panorama de las plagas tradicionales se vio sacudido por la irrupción de la chicharrita, pero la oruga cogollera siempre está presente. Fue mucho más protagonista en la zona central y núcleo que en el litoral y Nor-este argentino, donde llamativamente no se presentó como en otros años”, aclara el reporte.

Y por supuesto, sigue la referencia a la plaga que se está llevando todos los titulares: “Pero sin dudas, la chicharrita Dalbulus maidis fue quien acaparó toda la atención. Es que nadie esperaba la tremenda infestación que ocurrió en toda la región central del país. Un invierno precedente suave en cuanto a bajas temperaturas, lluvias abundantes espaciadas, altas temperaturas y humedad relativa, son características apropiadas al ambiente subtropical natural de este insecto, a lo que debe sumarse su gran capacidad de trasladarse a distancias considerables y la disponibilidad constante de alimento por el escalonamiento de siembra del maíz en toda la zona central”.

“Excepcional” pero… ¿volverá?

“Sin dudas fue excepcional, pero la gran pregunta es si volverá la próxima campaña. Los daños que ocasionó bajaron cerca del 20% las estimaciones de cosecha de maíz para Argentina. La chicharrita perjudica al maíz no tanto por su daño directo al picar y alimentarse de las plantas sino por la capacidad para transmitir enfermedades (micoplasmas y virus) que provocan la verdadera caída de los rendimientos esperados”, reseña el documento.

“Es sabido que la forma eficiente de manejar estos problemas sanitarios es la siembra de materiales tolerantes que se están evaluando en este fin de campaña. Pero habrá que ir previniendo la posibilidad de su presencia en la próxima siembra de maíz y la toma de medidas paliativas como los insecticidas curasemillas y los tratamientos químicos y biológicos que se prescriban”, recomiendan los profesionales.

Y finalizan: “Aunque es muy difícil que se repita la misma situación ya que se pronostica un año Niña muy marcado, el monitoreo será una de las herramientas fundamentales para conocer el estado de avance de esta plaga. Nos espera un gran desafío para la próxima campaña”.

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