lunes, 06 de mayo de 2024
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Tecnología climática cordobesa, clave detrás de cada copa de vino

En el marco de una producción como la vitivinícola, tan compleja como fascinante, la aplicación de tecnología para el clima resulta fundamental, y una empresa cordobesa es la encargada, en numerosos puntos del país, de aportar datos en tiempo real, medición continua y generación de información estadística como herramientas del día a día y bitácora de cada botella de vino argentino.

Omixom es una firma de Córdoba que en 17 años de existencia tiene desplegadas más de 850 estaciones meteorológicas en el país. “Los avances tecnológicos han permitido la instalación de estos equipos en los viñedos, proporcionando datos precisos y en tiempo real sobre variables climáticas cruciales”, explican desde la empresa.

“Registros de temperatura, humedad, velocidad del viento y radiación solar son algunas de las métricas con las que se monitorea. Las predicciones a corto plazo permiten prepararse para condiciones climáticas adversas inmediatas, mientras que las proyecciones a largo plazo ayudan en la planificación estratégica de la temporada”, indicó el ingeniero Federico Ferraro, fundador y director de Omixom.

“El monitoreo meteorológico es más que una herramienta de prevención, se ha convertido en un aliado estratégico para los viticultores. La combinación de tecnología y trabajo tradicional en la interpretación de datos climáticos permite al sector vitivinícola argentino enfrentar los desafíos con una resiliencia cada vez mayor. La inversión en estas tecnologías demuestra ser esencial para proteger los viñedos y garantizar producción, continuidad y futuro de esta industria tan importante del país”, agregó el profesional.

Registrar para prevenir

Los avances se pueden ver en temas generales de la actividad, como también en acciones puntuales: en las regiones vitivinícolas de Argentina, la presencia de heladas representa una de las mayores amenazas para los cultivos de uva, provocando desde daños en los brotes, en toda la etapa de crecimiento y llegando a la pérdida de cosechas.

Esta vulnerabilidad hace propicio un esfuerzo conjunto, a partir de los cuales los viticultores pueden mitigar estos riesgos y proteger los viñedos. Allí aparece la importancia del trabajo constante, las técnicas clásicas, y se suma el monitoreo meteorológico permanente con tecnologías innovadoras.

“Tener registros meteorológicos adecuados como temperatura, humedad y viento, nos permite diseñar estrategias de manejo de suelo y riego. Por ejemplo, poder anticipar con tecnología la magnitud de una helada nos facilita implementar sistemas de defensas activa en tiempo real y, por consiguiente, llegar a los meses de agosto, septiembre y octubre sin riesgos de pérdida de producción, habiendo protegido la brotación”, describió el ingeniero agrónomo Edgardo Consoli, gerente agrícola de Bodegas Zuccardi, una voz autorizada al hablar del valor agregado que brindan las estaciones meteorológicas.

El historial climático de cada viñedo también cobra relevancia. Esta misma capacidad de medición se suma y permite mejorar la estadística para los denominados “informes de cosecha”, que evalúan cómo se comporta a lo largo del tiempo cada añada. Se analiza como fue el invierno con sus heladas, la primavera, cuantos milímetros de lluvia precipitaron a lo largo del ciclo agrícola del viñedo y los vientos, entre otras tantas métricas. Todos valores fundamentales para el proceso posterior.

Parcela por parcela

“Hoy el productor se preocupa por la información meteorológica de cada zona en particular y hasta se enfoca parcela por parcela. En distancias cortas hay muchísima variación de fenómenos, con lo cual no se puede generalizar en los datos y hasta permite sumar información de altísima calidad para las siguientes fases productivas. Hoy podemos ser mucho más precisos en el análisis enfocado en la topografía de cada región, acotando cada territorio, tanto para analizar los viñedos actuales y, sobre todo, para el armado de los nuevos”, agregó Consoli.

“El aporte de estas herramientas tecnológicas también es de utilidad para otros fenómenos, facilitando datos para el análisis y prevención de enfermedades criptogámicas como peronosporay botritis. Con datos vinculados al registro de precipitaciones, el punto de rocío y la hora de hoja mojada, se puede lograr un pronóstico de ataque para esa afección”, señalaron los profesionales.

“No podemos dejar de mencionar que la bitácora de datos de cada parcela también representa un valor agregado para las áreas comerciales, sumando información clave sobre las añadas, que son altamente convenientes en productos de mayor categoría”, agregaron.

Algunos logros del monitoreo

Una bodega en Mendoza que implementó un sistema de monitoreo avanzado, con acceso a datos meteorológicos en tiempo real, logró reducir significativamente los impactos de las heladas al activar rápidamente sistemas de riego automático, inundación controlada y encendido de calefactores (calderas y estufas).

También hay casos de cubiertas protectoras automáticas cuando las condiciones lo requieren. Estas defensas, con el adecuado sistema de alerta temprana, resultan en cosechas más consistentes y de mayor calidad.

Además, como se mencionó anteriormente, estas tecnologías pueden facilitar datos para el análisis y previsión de enfermedades criptogámicas.

Finalmente, la generación de datos ambientales y sus historiales se suman como claves para la gestión comercial, sobre todo para exportación y certámenes. Mientras que, algunas bodegas de jerarquía, tienen áreas de investigación y desarrollo a partir de estos datos.

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