martes, 30 de abril de 2024
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Malezas. En Argentina ya son 24 las especies que resisten a herbicidas

Según un estudio realizado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), la aplicación continua de agroquímicos elevó los casos de malezas con resistencia a herbicidas y en el país ya son 24 las especies con esta característica.

El estudio registró la mayor cantidad con el uso de glifosato en soja y en las malezas gramíneas, con alta incidencia en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Los resultados del trabajo fueron publicados por el investigador Fernando Oreja en la revista científica Weed Reseaech, hecho del que da cuenta el portal Sobre la Tierra (SLT), del Área de Divulgación Científica de esa casa de altos estudios.

En aumento

“Desde 2010, la cantidad de especies resistentes a herbicidas aumenta de manera ininterrumpida”, afirmó Fernando Oreja para SLT. “Por eso, diagnosticamos el problema para desarrollar estrategias más efectivas de manejo de malezas”, agregó.

Oreja comentó que junto con un equipo de la FAUBA registró un total de 24 especies de malezas resistentes a herbicidas: “Más de la mitad son gramíneas”.

“En el cultivo de soja identificamos 19 especies resistentes, 13 en maíz y 10 en trigo y cebada. Además, por lejos, el glifosato fue el herbicida que generó más casos de resistencia, con un 92%. Estas resistencias se observaron, sobre todo, en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba”, enumeró el investigador.

Oreja trabaja actualmente en la Universidad de Oregón, y explicó que en Buenos Aires predominan las malezas de invierno resistentes relacionadas al cultivo de trigo. Por su parte, en Córdoba y Santa Fe, las principales son los yuyos colorados y otras especies de verano más asociadas a la producción de soja y de maíz.

En las zonas donde la producción es más intensiva se registran más casos de resistencia. “Los herbicidas actúan como factor de selección. Esto significa que, en los lotes, año a año se multiplican aquellas plantas que sobreviven a las aplicaciones”, indicó.

Y señaló que, para darle pelea a esta problemática, hay que remover el herbicida que selecciona a las plantas que poseen la capacidad de sobrevivir: “Como esto no es sencillo, la propuesta es adoptar un manejo integrado de malezas en el cual la aplicación del herbicida sea una medida más dentro de la caja de herramientas”.

El profesional agregó que “el manejo integrado de malezas incluye realizar prácticas para mejorar la ventaja competitiva de los cultivos; por ejemplo, modificar la distancia entre surcos, la densidad o las fechas de siembra, o adoptar cultivos de cobertura para prevenir que las plantas resistentes produzcan semillas. Y por supuesto, rotar cultivos y realizar controles mecánicos cuando sea posible”.

“En cuanto al herbicida, si se decide mantenerlo conviene aplicarlo alternado entre años o usar otro que actúe de forma distinta sobre las malezas. Además, hay que usar las dosis comerciales en los momentos adecuados”, Fernando.

FUENTE. SLT, sobre artículo de Sebastián Tamashiro. Las imágenes que ilustran esta nota fueron proporcionadas por Fernando Oreja al medio citado.

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