martes, 30 de abril de 2024
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Mercado de Biológicos: un realista dimensionamiento de su crecimiento

La proyección mundial para el mercado de productos biológicos continuará con un sostenido crecimiento como lo viene haciendo hasta el momento, en el orden de hasta un 15% anual, sobre la actual porción de mercado que ocupan, cuya estimación es variable según las fuentes, pero que en general se calcula que no pasa el 10%, globalmente.

En la Argentina, la referencia más confiable es proporcionada por CIAFA, que situa a los biológicos en torno al 7 del total de productos para tratamiento de cultivos que se emplean en el país: más del 90% son agroinsumos de síntesis química. La tasa de crecimiento es moderada,  aproximadamente del 12% cada año (en relación, cabe subrayarlo, a ese tramo de mercado en que se situan).

Algunos de estos datos fueron aportados por el especialista Gustavo González Anta, ingeniero agrónomo, doctor en Biología y director de la firma de Biotecnologia Indrasa, durante una conversación con Agroverdad en el marco de EnBio 2024, el III Encuentro Nacional sobre Producción con Biológicos y Estrategias Sustentables que se está llevando a cabo en el campus de la Universidad Nacional de Villa María y que culminará hoy jueves.

Consultada la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), el porcentaje de uso de biológicos en la Argentina se acercaba al 7% del total de productos utilizados en cultivos extensivos en el año 2022.

Dos décadas para arriba

“El crecimiento de los productos biológicos tanto a nivel nacional, regional o internacional, es constante en los últimos 20 años, y particularmente en los últimos 10 años hubo un marcado incremento de las alternativas de biocontrol”, sostuvo el profesional.

“Hoy estamos viendo que productos biológicos -biofertilizantes, bioestimulantes o biocontroladores, ya sea biofungicidas o bioinsecticidas- se ubican en un incremento en torno al 10 y 15 %, dependiendo de la región del mundo de la que hablemos”, afirmó. Siempre en relación al volumen total de productos para el tratamiento de cultivos.

De acuerdo a González Anta, este crecimiento no se da “solo por una necesidad para el manejo de diferentes alternativas a nivel de lotes de producción con el fin de controlar diferentes problemáticas, sino que también hay una demanda social de una producción más sustentable y más amigable con el ambiente”.

En Argentina

Con respecto a la situación de este mercado en el país, indicó que “en Argentina estamos bien, no somos los mejores, pero tampoco los peores, con alrededor de un 12% de crecimiento anual de productos biológicos, sobre ese 7% de mercado que estarían ocupando. Por lo tanto, diría que nuestra evolución está en la media mundial, sobre todo en lo que es biofertilizantes, pero ya despuntando otras alternativas que se pueden utilizar a nivel de lote de productor como biofungicidas -Trichoderma- o bioinsecticidas con algunas formulaciones particulares de bacterias”.

Brasil, no es para tanto

El especialista también desmitificó la sentencia que se viene escuchando en el sentido de que el vecino Brasil ya se sitúa en un uso del 50% de productos biológicos, cifra que consideró como exagerada.

“Podemos ponerlo en estos términos: Brasil tiene un crecimiento más sostenido de los biológicos que la Argentina, pero no nos olvidemos que su ambiente de producción es sustancialmente diferente. Ellos tienen ambientes subtropicales y tropicales; consecuentemente, además de la importancia que tienen las bacterias para fijar nitrógeno, promover el crecimiento y estimular cultivos, hay un gran uso de alternativas biológicas para el control de enfermedades y el control de insectos que en esos ambientes son muy importantes”.

Y cerró: “Para dar una idea, si en Argentina entramos al lote de producción entre dos y tres veces al año para hacer nuestras aplicaciones para el control de enfermedades o insectos, en Brasil esto se multiplica por dos o dos y medio”.

Sinergia entre químicos y biológicos

El discurso instalado es que los biológicos son un complemento de los productos de síntesis química, pero se lo consultó si llegará el momento en que se conviertan en un reemplazo. “Como todo en la vida, hay cuestiones que se pueden reemplazar y cuestiones que se pueden sinergizar”, argumentó.

“Doy un ejemplo: si yo tengo un cultivo de soja o una leguminosa que puedo nutrirla con nitrógeno, con un microorganismo que es más económico y de un impacto ambiental más beneficioso que un fertilizante nitrogenado, hay allí una situación de reemplazo; ahora, si voy al otro extremo y estamos ante un control de plagas complejas de insectos, es muy probable que la complementación entre productos químicos y biológicos sea significativa. Ni un extremo, ni el otro”, cerró.

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