Limpieza ineficiente en las autopartes, altas temperaturas y baja humedad relativa, figuran entre los principales factores que propician la ocurrencia de incendios de cosechadoras durante las tareas de recolección de los granos.
También, jornadas de mucho calor como las actuales, combinadas con gran intensidad de vientos, pueden ser causantes de generar este tipo de siniestros en el equipamiento agrícola
Por eso, la Unidad Integrada Balcarce (Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Mar del Plata y el INTA) y Bomberos Tandil -Buenos Aires- brindaron una serie de recomendaciones y medidas de prevención para reducir el riesgo de incendios de las máquinas agrícolas en épocas de cosecha.
Recomendaciones
Jornadas de mucho calor, propias de la temporada estival, combinadas en algunos casos con vientos intensos, sumado al ineficaz mantenimiento y poca limpieza de las cosechadoras pueden ser causantes de incendios en el equipamiento agrícola.
Por esto, un equipo de especialistas de la Unidad Integrada Balcarce y bomberos de Tandil -Buenos Aires- pusieron el foco en la limpieza de los equipos, como una práctica fácil y de bajo costo, clave para evitar el desarrollo de focos ígneos.
En este sentido, “la primera recomendación para evitar incendios es un buen mantenimiento de la maquinaria, que consiste en la limpieza de las zonas donde puede llegar a caer y acumularse la granza o cualquier material que se pueda inflamar”, sostuvo Santiago Tourn, especialista en mecanización agrícola de la Unidad Integrada Balcarce (Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Mar del Plata y el INTA).
Por lo tanto, según los especialistas, uno de los primeros focos de incendios es el motor de la cosechadora, que suele trabajar a más de 600 grados centígrados y en donde se acumula material seco ignífugo.
Por estos motivos, es de vital importancia aumentar la frecuencia de limpieza de las cosechadoras. “A lo mejor te lleva entre 20 minutos y media hora hacer una limpieza, pero es necesario hacerla”, afirmó el especialista y agregó que esta práctica de aseo “es la más fácil y de menor costo”.
Tourn también afirmó que “estos focos, con un poco de viento, generan una combustión que provocan un incendio, en el 80 % de los casos, en el motor”. Es decir que, una vez que se incendia la zona, donde hay mangueras de combustible y depósitos de aceite, es muy difícil frenar el fuego.
Otra cuestión a tener en cuenta es el factor climático, ya que cada cosecha debe realizarse en un contexto determinado, en la que el viento no supere los 40 kilómetros por hora y la temperatura los 35°C.
A su vez, la humedad tiene que estar por debajo del 30 %. Con respecto a esto, Tourn aseguró que, “si las condiciones no son favorables, hay que parar el trabajo, porque es muy probable que se pueda generar un incendio”, y advirtió que “si en estas condiciones se genera un incendio, llega al lote y es muy difícil frenarlo”.
Prevención activa y pasiva
Otro de los puntos que se debe tener en cuenta para la prevención de incendios es la cantidad y tipo de matafuegos con los que se cuenta en la cosechadora.
En este sentido, “tienen que ser matafuegos tipo A, B y C, que permitan controlar los diferentes tipos de fuego”, aseguró Tourn. También, señaló que es de vital importancia que los matafuegos estén dimensionados según el tamaño de cada máquina.
Asimismo, es fundamental que la maquinaria que está acompañada por una monotolva presente un tanque de agua de al menos 500 litros con un sistema de bombeo, para que “si se prende la máquina, si se prende el lote, porque salió una chispa, poder controlarlo rápidamente”, indicó el especialista.
Por su parte, desde la unidad de bomberos de Tandil, señalaron como pauta preventiva pasiva despejar todo tipo de restos de cultivo o lo que pueda quedar de sobrante para que tanto el calentamiento de la máquina y el contexto no generen una temperatura de autoemisión y, de esta forma, se pueda evitar el fuego en la cosecha en sí.
De esta manera, Diego Ibáñez, jefe del cuartel de bomberos Tandil, indicó que se podría evitar un incendio de interfaz, que es, conceptualmente, cuando se entremezcla la naturaleza o la cosecha con lo artificial, que se puede llegar a quemar. “Es posible hacer cortafuegos dentro de la cosecha y fuera de la cosecha para que solamente queme una parte y se sectorice el incendio”, explicó.
Por otro lado, existen las llamadas tareas preventivas ofensivas, que es cuando el incendio ya se provocó. En estos casos, Ibañez exhortó a productores y contratistas a que cada cosecha tenga su propio protocolo de extinción para esperar la llegada de los bomberos.
*Fuente: INTA Informa
