viernes, 03 de mayo de 2024
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Cómo minimizar los efectos del calor en el transporte de animales para consumo

Ante la época de altas temperaturas, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) elaboró una serie de recomendaciones para los transportistas de animales de consumo, a los fines de adoptar medidas preventivas para minimizar los efectos del estrés calórico durante el traslado.

A tener en cuenta

-Consultar el pronóstico del tiempo antes de programar el viaje y evitar el traslado en días de mucho calor.

-Planificar las actividades y preparar los documentos necesarios para minimizar el tiempo de espera de los animales en corrales.

-Cargar la hacienda a última hora de la tarde o primera hora de la mañana, evitando las tareas previas y el transporte de los animales durante las horas de más calor.

-No correrlos o apartarlos inmediatamente antes de la carga, hacerlo con tiempo, dejándolos en un potrero a la sombra y con disponibilidad de agua limpia y fresca.

-Utilizar vehículos habilitados y adecuados para la especie y categoría.

-Respetar la densidad de carga permitida. Cuando las temperaturas sean elevadas, brindar mayor espacio en el transporte.

-Evitar largas distancias y prevenir conflictos de tránsito o atascamientos en rutas.

-Evitar realizar paradas durante el viaje. De ser necesario detenerse, buscar un lugar a la sombra y por el menor tiempo posible.

-Asegurar suficiente ventilación en el vehículo.

-Cuando se utiliza el cobertor removible en el techo, asegurarse que el camión se encuentre en movimiento, permitiendo la circulación del aire.

-Planificar la descarga junto con el establecimiento de destino, evitando que los animales queden esperando en el vehículo.

-Ante cualquier duda, consultar a un veterinario. Cumplir con el bienestar animal es una ventaja para todas las especies.

Consecuencias del calor

De no tomar las precauciones mencionadas, el animal puede sufrir los efectos de las altas temperaturas, situación que puede traducirse en los siguientes inconvenientes:

-Disminución en el consumo de alimento y la eficiencia alimenticia.

-Pérdida de peso y de condición corporal.

-Deterioro del desempeño y los índices reproductivos.

-Aumento del riesgo de enfermedades.

-En los animales lecheros, disminución en la producción de leche en litros, así como en el porcentaje de grasa y proteína, junto a un aumento en el recuento de células somáticas.

-Incremento de la tasa de mortalidad.

Factores propios del animal –tales como edad, color y largo del pelo– influyen en la susceptibilidad al estrés calórico. El Senasa recuerda que los animales más perjudicados son los que acumulan más nivel de grasa corporal y que los animales de pelaje negro y en etapas de terminación son los más propensos.

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