sábado, 04 de mayo de 2024
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Se mostró en sociedad el Tatú MBGI, un rolo autopropulsado para sistemas silvopastoriles

En el Campo Experimental del INTA Santiago del Estero se presentó un prototipo mecánico de rolo autopropulsado para sistemas silvopastoriles, el Tatú MBGI. El MBGI –Manejo de Bosques con Ganadería Integrada– es un acuerdo de articulación de políticas públicas que, entre otros objetivos, busca el equilibro entre las necesidades de la producción ganadera de reducir arbustos y aumentar la oferta de pasto, y a su vez, mantener la mayor cantidad de árboles para conservar el bosque y los servicios que brinda.

En virtud de un convenio con la empresa Zanello, el desarrollo del Tatú MBGI resuelve un inconveniente típico que presentan los bosques nativos de la región Chaqueña para la ganadería: el exceso de arbustivas.

El más corto del mercado

Tatú MBGI es un tractor articulado típico Zanello, tiene un ancho de trabajo de 2,6 metros y un largo total –incluyendo pala frontal– de 7 metros, lo que lo convierte en el más corto y maniobrable del mercado. Tiene un peso total de 10.500 kilogramos, distribuidos en un 60 % en el tramo frontal y en un 40 % en el trasero, que puede incrementarse agregando agua al rolo. Además, cuenta con protecciones integrales de cabina, motor y cubiertas.

De acuerdo a lo informado por el INTA, la idea del Tatú MBGI nace a partir de una inquietud que movilizó diferentes trabajos de la Estación Experimental de Santiago del Estero: la de dar respuesta a los aspectos que tienen que ver con la mejora de la producción en el contexto de una problemática ambiental referida con la conservación de servicios ambientales al momento de hacer ganadería en bosques nativos.

El exceso de especies de arbustivas leñosas hace que los animales no solamente vean imposibilitada la exploración dentro de los poteros, sino que además reduce las posibilidades de germinación y compite por recursos con las pasturas. Entonces, tratar las arbustivas se vuelve algo obligatorio para cualquier emprendimiento ganadero en la región chaqueña.

El armado del prototipo

El vehículo consiste en un equipo robusto (Zanello 4200), pero como se indicó anteriormente, más corto y maniobrable que un equipo de rolado convencional, en donde se reemplaza el eje trasero del tractor articulado por un rolo con tracción. Es el primer equipo diseñado específicamente para la compatibilización ganadera y forestal en bosques nativos.

El tanque de combustible que va normalmente en el eje trasero se modificó, colocándose en dos partes a los costados de la cabina. Se le agregaron protecciones a la cabina, una pala hidráulica que ayuda a protegerlo frontalmente y un sistema de tracción que, mediante cadenas, le da tracción al rolo, o sea que el equipo es de doble tracción, al igual que el tractor original.

 

“Vimos la maquinaria que ya existía en el mercado y sus fallas para pensar en el desafío que queríamos atender. Nos inspiramos en maquinaria vial, en los pisones viales que sirven para hacer caminos, reemplazamos el eje trasero de un tractor articulado para poner ahí el rolo, es decir, convertir el eje trasero en un rolo”, detalló Marcelo Navall, uno de los investigadores del INTA Santiago del Estero que participó de este proyecto

El equipo del INTA llevó la idea a la empresa Zanello, que entendió el contexto en el cual esta máquina se desarrollaría: cada vez hay más presión por manejar bien los bosques, pero a su vez hace falta intervenir para utilizarlos.

“Se necesita una mirada más ambiental, conservacionista y productivista, la máquina podía llegar a tener una oportunidad de mercado interesante”, señaló Navall. “La empresa entendió el contexto que se les planteaba y aceptaron en construir un prototipo para empezar a probarlo”, agregó.

Dos años de pruebas

Se hicieron las pruebas del prototipo por dos años en el campo experimental del INTA, y solo se encontraron unos problemas de roturas en los palieres traseros, ya que había un exceso de tensión sobre la tracción trasera que no podían resolver, hasta que decidieron agregarle más cuchillas, cambiar el sistema de bujes de las cajas reductoras por rodillos, ajustar la relación de rodadura entre el eje trasero y las ruedas delanteras, y sostener la tracción con dos cadenas.

Con esas modificaciones, el equipo del INTA logró eliminar el único problema que tuvo en el manejo de la máquina; encontraron una forma que pueda trabajar con doble tracción cuando lo necesita, y cuando no, lo lleva a tracción delantera con activación automática.

“Ya estamos en condiciones de socializarlo y de contar la experiencia y que la empresa lo ofrezca como una solución para atender los desafíos de la ganadería en el norte argentino. En cualquier lugar del país que el productor compre una de estas unidades va a poder contar con el apoyo técnico del INTA a través de la agencia más cercana y financiada por la misma venta de los tractores”, concluyó Navall.

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