Si bien distintas voces del sector agropecuario ya se venían manifestando previamente al anuncio del ministro de Economía Sergio Massa, sobre la implementación de un nuevo tipo de cambio diferencial para el agro, una vez oficializada la medida por el titular de la cartera de Hacienda las repercusiones no tardaron en llegar: “parche”, “medida distorsiva”, “mirada a corto plazo” y “medidas parciales que benefician a algunos y perjudican a muchos”, son solo algunos de los conceptos desde las entidades del campo.
“Un tiro en el pie”
Javier Rotondo, titular de Cartez Córdoba, consultado por Agroverdad, fue muy directo en sus apreciaciones: “Se están pegando un tiro en el pie. No les interesa en absoluto lo productivo, solo les interesa manotear dólares sin tener en cuenta los perjuicios que se generan con estos desdoblamientos”.
También hizo alusión a los cimbronazos que va a provocar en rubros específicos: “Van a lograr, eso sí, un disturbio enorme en los arrendamientos; y ni que hablar en la lechería por el incremento de los costos en insumos y alimento; en fin, las consecuencias van a ser devastadoras, con el único objetivo de lograr un poco de aire”.
Para CRA, sequía, pero de ideas
“Consideramos que el tipo de cambio de una economía deber ser único y libre. No sirven medias transitorias que incluyen a algunos y no a todos. Así, al feroz impacto de las inclemencias climáticas se suma el padecimiento de otra sequía; la sequía de ideas del Gobierno”, expresa el comunicado emitido por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a pocas horas del anuncio.
Desde la entidad agregan que “el dólar agro y el dólar soja significan un nuevo parche en la economía. Cuando ven que las exportaciones y su aporte a las reservas nacionales no alcanzan el nivel esperado, el gobierno decide implementar un dólar en septiembre y otro en diciembre del año pasado. Y ahora el mismo parche, pero en versión 3. Todo para adelantar liquidaciones de soja, con el objetivo meramente recaudatorio de engrosar a las raquíticas reservas del Banco Central”.
Y luego de argumentar sobre las distorsiones, suba de costos para determinadas cadenas y las complicaciones que genera en economías regionales este tipo de medidas, el texto finaliza: “La crítica situación climática está pegándonos a todos. La cosecha que viene será magra y nos preocupa cómo recuperaremos el capital de trabajo para el próximo ciclo agrícola y ganadero. Es tiempo de terminar con los parches y generar desde el Estado condiciones macroeconómicas abarcativas”.
Coninagro: “Más de lo mismo”
El presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, expresó por su parte sobre los anuncios que “es más de lo mismo. Ya sabemos los resultados de este tipo de medidas parciales que pueden beneficiar a algunos, pero perjudican a mucho otros.”
“Para el caso de las Economías Regionales hay que tener en cuenta las particularidades de cada una de ellas para sopesar la incidencia de la medida. Desde el sector cooperativo creemos que medidas con tanta burocracia y criterios de elegibilidad a veces terminan no llegando a buen puerto, puesto que distorsionan precios y traen perjuicios a varios sectores de la cadena. Por eso pedimos medidas integrales y no parches”, puntualizó.
Saga de terror, para beneficio de pocos
Federación Agraria Argentina se había adelantado a todos, ya que difundió un comunicado previo a los anuncios, en el que calificó esta nueva implementación de un tipo de cambio diferencial como “la continuación de una saga de terror”.
Finalmente, el presidente de Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, dijo a distintos medios nacionales que «lo sano para nuestra economía es tener un tipo de cambio unificado y perdurable en el tiempo para que le devuelva competitividad al sector. Los efectos negativos de esta política ya se vieron el año pasado: unos pocos que venden a un tipo de cambio diferencial y unos muchos que compran más caro».
