El corredor Ariel Ojeda bajó el martillo cuando la cifra alcanzó los $ 77.000 exactos: la oferta, realizada por Molinos Río Segundo, fue el punto culminante del remate del primer lote de trigo realizado en la sede de la Bolsa de Cereales de Córdoba. De esa forma, simbólicamente se inauguró el ciclo comercial 2022/2023 del cereal.
El cargamento había sido cosechado por la familia de productores encabezada por Alberto Talalay (en la imagen principal de esta nota, recibe el certificado de parte de las autoridades), del paraje Pampa Tolosa, cercano a la localidad chaqueña de Juan José Castelli. Se trata de lo obtenido en unas 90 hectáreas de la variedad Ñandubay, que fue sembrada a fines de junio y cosechada el pasado 4 de octubre, con un volumen de 90 toneladas.
Durante el acto hablaron los presidentes de las Bolsas de Cereales de Córdoba y de Buenos Aires, Erardo Gallo y José Martins, entidades organizadoras de remate; el Ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso; y el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera, Diego Cifarelli.
Como siempre ocurre y es tradición, los fondos de la venta de este primer lote de trigo serán destinados a entidades de bien público.
El aporte de la Agroindustria
Además del remate, el encuentro tuvo otro aditamento especial, y fue la presentación del libro “El aporte de la Agroindustria a la Economía de Córdoba», un trabajo conjunto entre la Bolsa de Cereales de Córdoba y el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea.
El trabajo, que tuvo su primera edición en 2015, es un pormenorizado relevamiento de los principales indicadores que demuestran el potencial del sector para el desarrollo de la provincia. El 30% de los ingresos corresponde a la Agroindustria, con lo cual es el primer motor para el crecimiento cordobés. Gonzalo Augusto, economista de la BCCBA, y Juan Manuel Garzón por el IERAL, se encargaron de explicar el contenido.
Los textuales, entre el clima y la política
Las declaraciones de los dirigentes estuvieron atravesadas por el contexto climático que está incidiendo notoriamente en el recorte de los rindes, y lo político-económico, ante la llegada de un año electoral.
El titular de la BCCBA, Erardo Gallo, inició expresando que “no es un buen año en producción de trigo, la falta de lluvias y las heladas tardías han provocado que la cosecha actual sea la más baja en las últimas siete campañas. Si bien alcanza para la demanda interna, el saldo exportable no es el que hubiéramos deseado. Para el productor, las variables fueron los escasos rindes y un tipo de cambio no competitivo”.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso, expresó que “el trigo va más allá de una campaña, porque no solo es importante como materia prima, sino que además es vital para las rotaciones, y una herramienta clave para la sustentabilidad”. El funcionario volvió a pedir la “eliminación de las retenciones, una mala política que penaliza a la producción”.
En 2023, Córdoba será “Latinoamericana”
Una de las novedades del encuentro estuvo en boca de Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera. El dirigente anunció que la ciudad de Córdoba fue la elegida por la entidad que preside, para que en el mes de noviembre del año que viene, se realice el Congreso Latinoamericano de Molinería.
Vale recordar que Córdoba fue sede del 1° Congreso Internacional de Trigo TRIGAR, en el Centro de Convenciones Córdoba, de manera que la cadena del cereal y ahora específicamente la industria molinera, se vuelcan a Córdoba como punto de convocatoria.
