La Bolsa de Cereales de Córdoba dio a conocer los datos finales de la campaña maicera 2021/2022, y los resultados dan cuenta del impacto que tuvo la extensa sequía que sufrió el cultivo en todo su proceso: se sembró más, ya que se alcanzó una superficie de 3.292.000, lo que representa un crecimiento interanual del 7%; como contrapartida, el rendimiento esperado se desplomó por el estrés hídrico y calórico, al recolectarse 20.296.000 toneladas, lo que significa una caída interanual del 14%.
Las cifras suministradas por la BCCBA reflejan los dos ciclos Niña (con proyecciones de un tercero que puede mejorar algo a principios de 2023) que atravesaron los meses precedentes. Este fenómeno también se ve en los resultados de rendimiento promedio, por supuesto: con un número que apenas llegó a los 73,7 quintales por hectárea, la disminución con respecto a la campaña inmediata anterior es del 17%.
Es verdad que hasta antes de la seca, el maíz venía en una carrera ascendente ganando terreno y volúmenes. Para ejemplificar, las casi 3,3 millones de hectáreas sembradas representaron en función del promedio histórico un incremento del 63 por ciento, mientras que las casi 20,3 millones de toneladas se traducen en un 54 por ciento más que el promedio histórico. Esto muestra a las claras el impulso que había tomado el grano en los últimos años.
Las gotas que faltaron, los rayos que sobraron
El informe de la Bolsa apunta al factor climático como el principal causante de los bajos rendimientos y el volumen menor. “Durante enero, el cultivo sufrió estrés térmico en toda la provincia e hídrico en gran parte de la misma, disminuyendo el potencial de rinde del cereal. Además, hacia fines de marzo las heladas afectaron el llenado de granos de los maíces tardíos, aumentando la diferencia entre los rindes esperados y los logrados”, expresa el documento.
Contexto económico
Por otra parte, desde la entidad señalan que “el Valor Bruto de la Producción disminuyó un 3% en comparación con la campaña previa, posicionándose en 5.537 millones de dólares. Esta caída se explica por la menor producción, ya que los precios a cosecha fueron superiores a los experimentados en la campaña precedente”.
Trabajo de teledetección
La precisión de las cifras difundidas por la BCCBA se sustentan en la metodología del trabajo realizado. Para la estimación del área sembrada se utilizaron 1.147 imágenes provistas por la Agencia Espacial Europea (ESA). Se relevaron más de 13 mil lotes geoposicionados y se utilizaron datos zonales de rendimientos provistos por los colaboradores que la entidad tiene en todo el territorio. El procesamiento estuvo a cargo del Departamento de Información Agronómica (DIA).
Para ver el informe completo de la BCCBA, hacer clic en este LINK.
