Bajo el título “Amenazas externas: la principal industria de la Argentina en jaque. El futuro de la mayor fuente de ingreso de dólares en peligro”, se desarrolló un nuevo encuentro del ciclo de charlas virtuales ACSOJA 360. Y lo escuchado, más allá de la advertencia que refiere el título, causa escozor: de no tomar cartas en el asunto de forma urgente, Argentina se enfrenta rápidamente a pérdida de mercados y dificultades en la colocación de sus principales productos exportables: la soja y sus derivados.
En esto coincidieron Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC); Ivo Sarjanovic, profesor de Commodities Agrícolas de la Universidad de Ginebra; y Fernando Correa Urquiza, Head Regional de Oleaginosas de Louis Dreyfus Company.
Las 7 plagas
Luis Zubizarreta, presidente de ACSOJA, dio inicio al encuentro comparando lo ocurrido con el complejo agroindustrial en general y con la cadena de la soja en particular con las 7 plagas de Egipto. “Aunque hoy vamos a hablar de amenazas externas, es mucho el daño auto infligido. En este país el 50% de lo que vale la soja se lo lleva el Estado”, resumió antes de dar la palabra a los protagonistas
EE. UU. cambiará el mercado y lo sufriremos
“Estados Unidos está en pleno proceso de una expansión prevista. Dos de sus productos en los que se centra ese crecimiento son el etanol y el biodiesel. Y dentro del biodiesel, hay un producto, el Diésel Renovable (Renewable Diesel) que se produce mediante la refinación de grasas o aceites vegetales en un proceso de hidrotratamiento. No es un corte, va entero. Estados Unidos piensa pasar de 2/3 millones de toneladas a 20/23 millones de toneladas en los próximos 6 años”, graficó Ivo Sarjanovic.
“¿Qué implica esto? Que un 25% de lo que se necesita para la producción de ese volumen va a provenir del aceite de soja. Por lo tanto, Estados Unidos lo va a necesitar y va a dejar de exportar ese aceite. Como contrapartida, lo que le va a sobrar es harina de soja, y ese excedente lo va a salir a vender afuera con una política agresiva, compitiendo a nuestra harina, con la diferencia que tenemos menor calidad”, explicó. Y agregó: “A esto se suma que China va a venir por el poroto argentino. En suma, la soja saldrá de aquí con menor valor agregado”.
U$S 43.500 millones que se fueron al caño
Por su parte, Gustavo Idígoras remarcó que una combinación de aspectos (logística, tecnología puesta en la producción, puertos, hidrovías) se conjugó con una demanda creciente, que en el tiempo le permitió a la Argentina vender desde su complejo agroexportador a 120 mercados.
“Pero hace 10 años, Argentina decidió estancarse”, dijo Idígoras, sobre todo en el complejo sojero. Y señaló que si se hubiera continuado la tendencia, hoy el país debería cosechar 70 millones de toneladas, y debería hacer uso de una capacidad de molienda de 67 millones de toneladas.
“En esos 10 años, Argentina perdió por no crecer 43.500 millones de dólares. Y Estados Unidos y Brasil sí crecieron”, remarcó.
Lo que hay que hacer
El encargado de puntear las tareas pendientes para revertir esta amenaza fue Fernando Correa Urquiza. Y fue simple y directo en sus apuntes. Son 7 las cosas que desde distintos estamentos (el gubernamental se lleva un rol preponderante) hay que encarar, siempre con el signo más adelante:
♦ producción de soja
♦ digitalización
♦ infraestructura
♦ capacidad de industrialización
♦ reglas claras
♦ crédito
♦ lobby exterior
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