viernes, 26 de abril de 2024
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“Un combo de terror” en el que los «aumentos de la carne son consecuencia de problemas macroeconómicos»

“Suben los de precios de las categorías de hacienda que atienden al mercado local, cae el consumo interno por la crisis y bajan los subproductos. Todo esto complica las cuentas en las industrias” y constituyen lo que Daniel Urcia califica como “un combo de terror”.

En ese contexto, el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) considera que el aumento del precio de la carne no es más que la consecuencia de los problemas macroeconómicos y sectoriales sin resolver por parte de la administración de Alberto Fernández.

Por eso, en su editorial mensual, el ejecutivo reitera reclamos del sector desatendidos por el gobierno nacional, como los impositivos.

Precios y macroeconomía
Para la industria cárnica, el aumento de los precios de la hacienda en las últimas semanas se viene dando por diferentes motivos como la actualización en función de la inflación y por el cese de comercialización de ganado consecuencia de las restricciones a las exportaciones.

De esta manera, Daniel Urcia de FIFRA explica que “en la medida en que la economía argentina siga con un ritmo de inflación del orden del 50% anual, un mercado de cambios con diferencias del 100% entre el dólar oficial y el libre, entre otros factores que distorsionan el comercio, los aumentos en los precios de la carne nos son el problema sino su consecuencia”.

“Todos sabíamos que a finales de año habría otra recomposición de las cotizaciones tan solo por la inflación acumulada desde junio que implicaba un atraso real de por lo menos 20% en el precio de la hacienda”, argumenta.

Por otro lado, agrega que “las cotizaciones de las categorías de invernada, de novillos y vacas se venían recuperando, por ende, el aumento de los precios del ganado para faena con destino al consumo interno (novillitos y vaquillonas) era cuestión de tiempo, antes o después de las elecciones, pero con la certeza de que ocurriría”.

Es decir, estas subas se dieron “concomitante con las elecciones, tal vez ayudada por el clima político y la falta de un horizonte que dé tranquilidad a los diferentes operadores del negocio”, evalúa Urcia.

En definitiva, todos sabíamos que se iba a dar la readecuación de precios que era y es inevitable”, expresa el directivo de FIFRA.

Reclamos pendientes
Desde FIFRA vienen planteando una serie de reclamos en los que figuran al tope de la lista los de carácter impositivo.

“Si desde el Estado no se corrigen aquellos factores que encarecen el precio (inflación, corrección de alícuota de IVA para el servicio de faena, régimen impositivo simplificado para el carnicero, alícuotas racionales de ingresos brutos que no superen 1%, etc), ¿qué puede llegar a hacer el sector privado?”, se pregunta Urcia.

Por eso, comenta que uno de los principales planteos formulados viene “desde 2015, cuando inició la crisis del cuero. Insistimos que se debe igualar la alícuota de IVA al 10,5%, en su defecto se generan saldos técnicos al matarife que cargan al valor de la media res y del producto en la góndola.

En este panorama, el directivo rescata el proyecto de ley impulsado desde el Consejo AgroIndustrial Argentino a fines del año 2020 que contempla entre otros el cambio de valuación de la hacienda en pie. Ya está firmado por el presidente Fernández y debería ingresar al Congreso.

“Esa iniciativa tiene por objetivo generar un ambiente de inversión. Todavía falta su tratamiento, aprobación y puesta en vigencia, todo ese tiempo transcurrido, equivale a un ciclo completo de cría. El stock no crece, pero tampoco se le ayuda a crecer”, se queja Urcia.

“Un combo de terror”
En otro párrafo de su editorial mensual, el presidente de FIFRA considera que “la combinación de recomposición de precios de las categorías de consumo que llevarán a una disminución de las ventas y la caída de precios de subproductos (cuero y menudencias) colocan a los mataderos frigoríficos en una situación crítica” y configuran lo que denomina un “combo de terror” sumado a los problemas macroeconómicos y reclamos irresueltos antes mencionados.

Este escenario “llevará seguramente a renegociar los acuerdos comerciales con los matarifes y por ende se ratificarán los aumentos que se trasladarán a las carnicerías”, prevé.

La industria cárnica tiene un alto costo operativo y con aumentos de costos (salariales, energía, combustibles, entre otros) necesitaría un mayor volumen de faena y producción para ser competitiva”, argumenta.

Para Urcia, “pasaron las elecciones de medio término y el tratamiento de la agenda pendiente (del sector) se impone”.

 

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