martes, 07 de mayo de 2024
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Debate triguero: los privados piden reglas claras y una agenda para el Mercosur; el gobierno desestima intervenir el mercado

En el marco de un evento virtual organizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, representantes de distintas instituciones de la cadena agroindustrial y del gobierno nacional, protagonizaron un debate a fondo de la agenda triguera y, por elevación, de la política internacional argentina.

En la reunión virtual se hizo el lanzamiento de las primeras proyecciones de cultivos de invierno 2020/21: en trigo, una siembra de 6,8 millones de hectáreas en todo el país (un 3% de crecimiento) y una proyección de producción de 21 millones de toneladas.

No obstante esos cálculos, “no hay mucho para festejar porque la mitad del área agrícola argentina, cuando saca los números de los cultivos, ve que no alcanza para cubrir los costos de producción”, se remarcó.

La cebada caería a 950.000 hectáreas, un 5% menos que el año pasado.

El debate se llevó a cabo por medio de una plataforma en línea, que posibilitó un diálogo franco tanto sobre la marcha del negocio de trigo 2019/20 como sobre el diseño de la nueva campaña del cereal que comenzará a ser sembrado en los próximos días.

Nos permitimos tomar la crónica que hizo de ese intercambio el sitio Valor Soja, pues lo resumió de una manera excepcional.

Reglas de juego claras
Fernando Rivara, presidente de la Federación Argentina de Acopiadores, solicitó al presidente Alberto Fernández que ofrezca un mensaje de confianza que asegure que las reglas de juego actuales se mantendrán vigentes durante todo el ciclo comercial del trigo 2020/21.

“Caída Vaca Muerta (por el desarrollo de yacimientos no convencionales de hidrocarburos), queda la agroindustria como generadora de divisas genuinas y me parece que un mensaje de acompañamiento del señor presidente nos sería de mucha ayuda para sembrar trigo con la mayor tecnología posible y lograr la mayor cantidad de toneladas para generar los dólares que tanto está necesitando la economía argentina”, dijo Rivara.

Intervención, “muy lejana”
Julián Echazarreta, Secretario de Agricultura de la Nación, destacó “el profesionalismo y la seriedad” presente en el sector al referirse a la mesa de intercambio que se constituyó este año para que representantes de la exportación y la molinería monitoreen el flujo de abastecimiento interno de trigo.

“Eso hace que la palabra intervención sea muy pequeña y muy lejana; vale la pena remarcarlo”, consideró.

“Este gobierno le presta debida atención al sector: lo escucha, dialoga con todos los actores y lo hace ejerciendo la autoridad que le compete desde la política y la ética”, aseguró el funcionario.

Mercosur: “cuestión estratégica”
Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, sostuvo –en esa línea– que “las condiciones presentes en la siembra deben ser las mismas al momento de la cosecha”.

Gustavo Idígoras, presidente del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), apuntó que la “Argentina tiene que tener negociaciones internacionales abiertas, tanto sanitarias como arancelarias, por lo que insistimos en la necesidad de que exista en el ámbito del Mercosur una agenda agresiva en esa materia”.

“En febrero pasado empezamos a advertir algunos ruidos en Brasil sobre medidas adicionales para ampliar importaciones de trigo de terceros países (extra Mercosur); hasta el momento eso no se produjo”, indicó Idígoras, para luego remarcar los esfuerzos realizados por la Cancillería argentina y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca en lo que respecta a las negociaciones en la materia con sus pares brasileños.

En ese sentido, Echazarreta dijo que “quiero dar toda tranquilidad de que el tema Mercosur es una cuestión estratégica (para el gobierno argentino) y que habrá continuidad al respecto; no hay retroceso, podrá haber desentendimientos, pero como estrategia permanece”.

Premios por calidad
Idígoras señaló que para que los premios por calidad panadera puedan expresarse de manera completa en el mercado argentino es necesario, además de contar con una oferta importante, establecer criterios de segregación y estandarización similares, por ejemplo, a los vigentes en Australia y EE.UU. “Si trabajamos con metas ambiciosas, la diferenciación por calidad tiene que ser un componente clave”, sostuvo.

Rivara aprovechó para expresar que, para poder hacer segregación de cereales, se requieren inversiones en infraestructura que son muy onerosas. “En las últimas campañas tenemos molinos que hacen descuentos por merma volátil, lo que constituye una situación inédita, además de una gran variabilidad de situaciones en lo que hace al reconocimiento de la calidad; precisamos un marco de profesionalidad al respecto en toda la cadena de valor”, solicitó el representante de los acopiadores.

Buján coincidió en la necesidad de revisar los estándares de calidad vigentes para el trigo para adecuarlos a los presentes en el mercado internacional.

Buján además señaló que resulta indispensable asegurar las bases para crear un “mapa de calidad de trigo en tiempo real” porque es un aspecto crítico para poder realizar una comercialización del cereal profesional tanto en el ámbito interno como externo.

El precio del trigo
“La molinería ha perdido el 75% del mercado de Brasil porque (el vecino país) devaluó (el real) y nos sacó la competitividad que teníamos”, comentó Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).

El representante de la molinería aprovechó el evento para enviar un mensaje urgente al resto de los integrantes de la cadena triguera. “Es muy importante poner el foco en el hecho de que los que siguieron en actividad en la pandemia no necesariamente están siendo exitosos”, remarcó.

“Los productores tienen dos millones de toneladas de trigo (2019/20), los acopios tienen otros dos millones y la exportación otros dos millones; el trigo (para panificación) vale unos 210 u$s/tonelada, lo mismo que la soja; me parece que es hora de que no haya una tensión innecesaria porque el trigo ya tiene un buen valor”, aseguró Cifarelli.

“Hay un volumen enorme de trigo en el mercado interno, pero la oferta no está”, apuntó el titular de FAIM. “Estamos en una situación de pandemia, con la responsabilidad de atender lo que estamos viviendo y tenemos que seguir pujando (por el precio para originar trigo) y eso implica alejarnos más del precio en pesos que tiene fijado el gobierno (nacional) para la harina”, añadió.

El cereal alcanza
Bujan, por su parte, remarcó que la retracción de órdenes de venta en la actual coyuntura no es exclusiva del trigo, sino de la mayor parte de los granos debido a la creciente brecha cambiaria existente entre el tipo de cambio oficial versus el real (MEP y CCL).

“El stock existente de trigo en el mercado interno debería dar respuesta a la necesidad de consumo interno porque la exportación ya ha cubierto sus necesidades (para el ciclo 2019/20)”, aseguró Idígoras.

Ernesto Crinigan, presidente del Centro de Corredores de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, destacó que, luego de lo sucedido en la campaña 2019/20, muchos molineros están comenzando a construir posiciones tempranas en trigo 2020/21 con el propósito de realizar una gestión comercial más profesional.

“En lo que respecta al uso de las herramientas disponibles en el Matba Rofex, sería ideal articular un trabajo entre el sector público y privado para brindar financiamiento accesible para cubrir los márgenes de garantía de los contratos futuros”, explicó Crinigan.

Cifarelli explicó que las coberturas de precios en el Matba Rofex no son una herramienta útil para algunos molinos porque “los contratos de compra son en dólares, pero el harina se vende en pesos en el mercado interno y hoy tenemos un precio (minorista) congelado de la harina”.

¿30 millones de toneladas?
Idígoras destacó que la Argentina exporta trigo a más de cincuenta mercados, algunos de los cuales –como los presentes en el sudeste asiático– resultaban “impensables” apenas un lustro atrás.

Y planteó que los sectores privado y público de la Argentina deberían fijar una “meta ambiciosa” de llegar a producir en algún momento 30 millones de toneladas anuales de trigo por medio de la incorporación de tecnología, infraestructura, diseño logístico y comercial, además de incentivos económicos adecuados. “El mundo tiene demanda para absorber el potencial crecimiento de la oferta argentina. Depende de nosotros incrementar nuestra capacidad de producción y comercialización de trigo”, aseguró el titular de CEC.

“Un pedido que realizamos al Ministerio de Agricultura (Ganadería y Pesca de la Nación) es que resuelva la cuestión de la presidencia del Inase, porque muchas cuestiones están trabadas por ese tema”, solicitó Buján en referencia a que el mandato de Raimundo Lavignolle frente al Instituto Nacional de Semillas venció y aún no fue ratificado en su cargo.

Mucho trigo, pero sin renta
En cuanto a la proyección realizada hoy sobre una oferta de trigo argentina de 21 millones de toneladas para 2020/21, el productor Miguel Cané, presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), dijo que  “no hay mucho para festejar porque la mitad del área agrícola argentina, cuando saca los números de los cultivos, ve que no alcanza para cubrir los costos de producción”. Y añadió que en las regiones extrapampeanas “se va a sembrar con menor tecnología y con esquemas defensivos”.

“Argentina va a necesitar que se produzca más trigo y que se exporte más grano y harina. Para poder salir del pozo de la mano de su agroindustria, vamos a necesitar que tarde o temprano se eliminen las retenciones”, concluyó Cané en referencia a los derechos de exportación.

FUENTE: casi toda la nota fue extractada de un artículo de Valor Soja.

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