Se cierra una nueva semana de operaciones ante un mercado que experimentó una merma en su nivel de actividad, presentando cotizaciones mayoritariamente estables entre los principales granos negociados.
En este contexto, el precio de la oleaginosa tuvo un dinamismo comercial pobre a lo largo de las rondas, y no superó los $ 100.000 en la tercera semana de vigencia del denominado “dólar soja”.
Por su parte, en el mercado referencial de Chicago, la soja volvió a terreno positivo luego de siete ruedas consecutivas en baja. El trigo cerró con subas, mientras que el maíz operó mixto.
Rosario
En el mercado local, las cotizaciones por soja se sostuvieron en $ 100.000 tanto por la mercadería con entrega inmediata como para las fijaciones, igual que la ronda previa. A lo largo de la semana la oleaginosa no superó este valor. En el mercado Matba – ROFEX, el contrato de Soja mayo/23 opera a US$ 346,5 la tonelada.
Por lo que se puede inferir que, el denominado “dólar soja” sigue sin entusiasmar a los productores y que el programa impulsado por el Gobierno Nacional no alcanzaría los objetivos que se trazaron de llegar a los US$ 5.000 millones. Dentro de exactamente un mes, el 31 de mayo, finaliza.
Por su parte, las propuestas por maíz con entrega en el mes de mayo descendieron hasta alcanzar los US$ 195 por tonelada. Mientras que el trigo no registró ofertas abiertas de compra por parte de la exportación.
Mientras que por sorgo con entrega inmediata se ofrecieron $ 63.000 y el girasol, que ahora está también incluido en el “dólar agro”, ajustó con bajas, alcanzando los $ 83.000 por tonelada.
Chicago
En el mercado de Chicago, los futuros de los tres principales commmodities agrícolas cerraron con subas para la soja y el trigo y con altibajos para el maíz.
En el caso de la soja, “las subas este viernes se debieron a un respiro en la liquidación de posiciones largas y a compras de oportunidad, recuperándose de un mínimo de seis meses alcanzado durante la rueda”, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario en su informe diario. No obstante las subas de la jornada, el poroto cerró la semana con un balance acumulado negativo del 2,65 % en su cotizaciones.
Otros factores que explicaron estas alzas en los precios de la oleaginosa estuvieron en déficit hídrico que se registra en algunas zonas productoras del medio oeste norteamericano y al fracaso del “dólar soja 3” en Argentina. Al mismo tiempo, meten presión, el avance de las siembras en Estados Unidos y el aluvión de oferta por parte de Brasil.
Los futuros de maíz ajustaron con subas en sus posiciones más cercanas recuperándose desde un mínimo de nueve meses alcanzado en la semana, pero las posiciones más lejanas anotaron bajas de hasta US$ 1. El saldo semanal para los precios del cereal fue de un 4,11 % en terreno negativo.
Las alzas del grano amarillo fueron “producto de un rebote técnico y por compras de oportunidad. Por otro lado, el Kremlin reafirmó su posición de que partes del acuerdo de granos del Mar Negro relacionadas con las exportaciones agrícolas de Rusia no se están cumpliendo, y dijo que las perspectivas para el acuerdo no son muy buenas”, señalaron los analistas rosarinos.
Paralelamente, las posiciones más alejadas ajustaron con algunas bajas. “Los exportadores de maíz de EE. UU. deberían estar en su temporada alta, pero China canceló cargamentos desde ese país en esta semana, lo que pone más atención al potencial de exportación, particularmente con una cosecha masiva que se espera de Brasil a mediados de año”, añadió la BCR en informe.
Y los futuros del trigo terminaron la semana con alzas, tanto en Chicago como en Kansas, lo que no impidió que el balance semanal sea negativo para los precios del cereal (- 6,35%). Las subas estuvieron impulsadas por un rebote técnico, en una semana en la que registró un mínimo de 21 meses.
Entre las razones, los analistas señalaron que “los gobiernos de la UE acordaron extender por un año la suspensión de aranceles y cuotas sobre las importaciones de Ucrania para ayudar a su economía durante la guerra con Rusia”, indicó la bolsa rosarina.
Además, se sumaron, la apreciación del dólar frente al euro y el hecho de que hay zonas productivas de Kansas en condición de sequía a pesar de recientes lluvias.
