“Nosotros le estamos errando, no estamos contando nuestra historia. Tenemos el maíz con menor huella ambiental del mundo y no lo estamos certificando. ¿Dónde están los planes para certificaciones? ¿Dónde está la marca país que diga que tenemos el sistema productivo con menor huella ambiental y menor huella hídrica también? Porque tenemos más del 80% con siembra directa y cada gota de agua que cae tiene menos evapotranspiración. Somos nosotros los que estamos esquivando la oportunidad”.
Con esa vehemencia en la respuesta, el presidente de Maizar, Pedro Vigneau, contestaba a la pregunta sobre porqué consideraba que el país, después de semejante contexto climático y con una cosecha pobrísima en rindes, está ante una nueva y gran oportunidad.
“El consumidor mundial está preocupado por el cambio climático y la búsqueda de fuentes y productos renovables, que no impacten sobre el planeta. Insisto: nosotros producimos el maíz con menor huella ambiental del mundo, y este año lo vamos a demostrar porque vamos a medirlo. Tenemos que contarle al consumidor que eso sucede”, expresó Vigneau en el marco del remate del primer lote de maíz, realizado en la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Transformar al lado del lote
“La producción de maíz puede crecer un poco en área, pero sobre todo hay que apuntar a la transformación de ese maíz. Hay más de 4000 usos, además del traje y las zapatillas que tengo. El maíz esta en todos lados: en el jabón, en el shampoo, en los cosméticos, en el bietanol, en las cubiertas de una bicicleta”, detalló.
“En un mundo que exige que los productos que se consumen cuiden el planeta, la oportunidad a la que hago referencia es inmensa. Y el maíz, además, es federal, porque esa transformación debemos hacerla al lado del lote. El nuevo modelo no son las mega-plantas, sino plantas medianas cerca de donde se produce, a través de todo el territorio. El tema es convencer a los decisores políticos y contarle al mundo. Nuestro grano cotiza igual que otros del mundo, pero con una huella mucho menor”, cerró sobre el tema.
Una cosecha partida al medio
“Están faltando 20 millones de toneladas. De las 50 y pico, vamos a cosechar 30 y pico, y el pico es lo que se debe terminar de ver. Es un impacto tremendo. Sabemos de muchos productores que van a cosechar cero, y algunos de esos productores ya venían de una fina con cero”, respondió el dirigente, sobre las cifras que se manejan de la cosecha a nivel nacional en Maizar.
“Nosotros confiamos en la resiliencia del productor argentino, que le pone garra y corazón, pero vamos a necesitar herramientas que nos ayuden a sobrellevar esto. Vamos a ver cómo se puede refinanciar. El mundo necesita lo que nosotros producimos, quizá los precios no van a ser tan buenos como lo fueron, pero habrá negocio”, confió Vigneau.
Y para finalizar, dejó sobre la mesa un inconveniente más, sobre el que las semilleras ya están abriendo el paraguas: la falta de semillas para lo que se viene. “Para colmo de males ahora se suma el inconveniente de que las semilleras han tenido problemas con la producción. Esto quiere decir que enfrentamos una campaña que puede ser muy buena el año que viene, pero con cuestiones que deberemos resolver”.
