miércoles, 24 de abril de 2024
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Confirmado: como se temía Córdoba tuvo una cosecha pésima de trigo

Córdoba apenas logró producir 1.044.200 toneladas en la campaña 2022/2023, un 74% menos que el año anterior. Los rindes cayeron un 54%. Y sólo pudieron trillarse 675.700 hectáreas de las 1.031.100 que fueron sembradas.

Tal como se preveía, la campaña 22/23 de trigo cerró un pésimo desempeño, a raíz de las malas condiciones climáticas que atravesaron todo el ciclo de desarrollo del cultivo, incluso si se compara con el promedio histórico desde 2007 en cuanto a promedio de rindes: un 42% menos, con 15,5qq/ha.

Estos son los números finales que acaba de difundir la Bolsa de Cereales de Córdoba para el trigo pan, que no hacen más que ratificar lo que ya se venía expresando en las estimaciones preliminares.

Para empezar, el bajo aporte pluviométrico de los meses de otoño y el mal pronóstico para el resto del ciclo llevaron a un descenso del 17 % en la superficie sembrada, que como se indicó al principio llegó a 1.031.100 hectáreas.

Posteriormente, las condiciones climáticas (principalmente la sequía y las heladas tempranas) causaron una pérdida del 25% del área destinada a grano, lo que llevó a que el área cosechable fuera menor a 700 mil hectáreas, la más baja de las últimas 13 campañas.

Si se compara con el resto del país, la participación de Córdoba cayó con respecto a años anteriores, ya que en la campaña 2022/23, la provincia concentró el 17% del área sembrada y el 8% de la producción de Argentina, con un rendimiento 8 qq/ha menor al promedio nacional.

En detalle

“A nivel departamental, puede observarse en el mapa que la mayor parte de la producción se obtuvo en el sudeste de la provincia, particularmente en Marcos Juárez, Unión y Presidente Roque Sáenz Peña. Estos tres departamentos participaron con más del 50 % del volumen total, debido principalmente a la mayor superficie sembrada”, indica el informe de la BCCBA.

Y se agrega que “el 60 % del área total se sembró en el este, concentrándose en Marcos Juárez, Unión, San Justo y Presidente Roque Sáenz Peña. Le siguen en orden de importancia los departamentos del centro y sur de la provincia, mientras que las regiones del oestey norte tuvieron una participación mucho menor. El 3 % de la superficie se realizó con el aporte de riego, destacándose Río Primero, Totoral y Río Segundo como aquellos con mayor cantidad de lotes regados”.

En cuanto a precisiones sobre rendimientos, “en la campaña se vio fuertemente afectado por las condiciones meteorológicas, principalmente por la falta de agua durante todo el ciclo. El rinde ponderado (considerando tanto en secano como bajo riego) fue de 15,5 qq/ha, lo que significa una caída del 57 % con respecto al año pasado y del 42 % si se tiene en cuenta el promedio histórico (2007-2022)”.

Además, “los rendimientos obtenidos bajo riego oscilaron entre los 25 y 55 qq/ha, encontrándose los mejores valores en el norte de la provincia. Por otra parte, en aquellos lotes en los que la producción se realizó en un 100 % en secano los mayores rindes se encontraron en el sudeste, con un promedio de la región de unos 16,0 qq/ha”, detallan desde la entidad.

Al compás del clima

“La campaña 2022/23 transcurrió en el marco de La Niña, que para Córdoba significa generalmente lluvias debajo del promedio y temperaturas por encima de lo normal. Por este motivo, en los meses previos a la siembra el aporte pluviométrico fue menor al promedio histórico para toda la provincia. Aun así, la humedad fue suficiente como para realizar la siembra, que transcurrió a un ritmo similar al promedio y finalizó en los últimos días de julio”, indica el informe sobre el desarrollo de las decisiones en función del clima y del estado del suelo.

“El cultivo comenzó su ciclo con un 30 % de la superficie con un estado general entre regular y malo, condición que fue empeorando con el transcurso de los meses. El efecto de las casi nulas precipitaciones recibidas durante el desarrollo del cereal se agravó por heladas tardías ocurridas en la primavera, cuando el trigo se encontraba en periodo reproductivo. Esto trajo como consecuencia que los lotes en condiciones regulares y malas superaran el 70 % del total al momento de la cosecha, lo que llevó a la caída observada en los rindes”, finaliza.

Mal clima, menos tecnología

A causa de las condiciones climáticas la utilización de tecnología fue menor a otras campañas, debido a la dificultad de cubrir los costos con los valores esperados de cosecha. Se realizaron entre una y dos aplicaciones de herbicidas, mientras que de fungicidas e insecticidas no se llegó a hacer una aplicación por hectárea en promedio.

Los herbicidas más utilizados fueron los reguladores de crecimiento, los inhibidores de aminoácidos «ALS» y el glifosato. Entre los insecticidas los principales productos fueron los organofosforados y los piretroides. Si bien las condiciones ambientales no favorecieron el desarrollo de hongos, en los casos en los que fue necesario aplicar lo más usado fue la mezcla de triazoles y estrobirulinas.

Para ver el informe completo de la BCCBA, hacer clic AQUÍ.

 

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