jueves, 25 de abril de 2024
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“Destructor de semillas”: cambiará “la caja de herramientas del manejo integrado en malezas”

Redacción: Carlos Petroli. El kit desarrollado por una empresa canadiense, sobre la idea de un productor australiano, fue una de las grandes novedades de la 2da. Jornada de Malezas Resistentes de Córdoba. Se ensayó con éxito en altas poblaciones de amaranthus en campos del Centro-Este de Córdoba.

El ingenio de un productor australiano fue el primer disparador de esta tecnología para el control mecánico de malezas por medio de un “destructor de semillas” adosado a la cosechadora.

El implemento ya fue probado con éxito en Córdoba durante la pasada campaña de cosecha de soja, donde se lo utilizó para el control de Amaranthus, una de las malezas problema que afectan al sistema productivo.

Por primera vez en Sudamérica

Los ingenieros Lucas Remondino y Julián Oliva, integrantes del equipo de AX Consulting, organizador junto a Agroverdad de la 2da. Jornada Nacional e Internacional de Malezas Resistentes del Centro del País, se encargaron de contar esa experiencia.

“Es la primera vez que se hace en Argentina y en Sudamérica, y la segunda vez que se hace sobre un cultivo de soja”, destacó Remondino en el evento, que contó con 1.300 asistentes en el Centro de Convenciones Córdoba.

El ensayo se hizo en conjunto con la Bolsa de Cereales de Córdoba y la firma Suppo Cereales, que facilitó el campo en Pozo del Molle, a cargo de la ingeniera Graciela Mauro. “Lo hicimos contra reloj para poder presentar los datos en esta Jornada y brindar algo que creo viene a cambiar la caja de herramientas del manejo integrado en las malezas”, remarcó.

El proyecto al comando de AX Consulting fue financiado por Redekop (desarrollista de la tecnología), con la participación de los contratistas Marinelli y Amespill y la consultora Nysus, de Daniel Stobbia y Román Minetto.

Harrington, el precursor

Como muchos otros inventos, el destructor de semillas nació de un productor (de apellido Harrington) en 2012 en Australia. Cansado de renegar con los escapes de malezas, principalmente lolium en el cultivo de trigo: se las ingenió con los molinos mineros que pulverizaban la piedra para sacar el mineral.

En su galpón con herramientas, generó su propia máquina para acoplar a la cosechadora. Recolectaba todo el rastrojo y lo pasaba por unos molinos que pulverizaban la semilla de la maleza, en este caso lolium.

En la agricultura argentina, gracias a la tecnología RR, los lotes de soja o maíz quedaban impecables, no había ningún escapa a la cosecha. Pero en los últimos 6-7 años el productor se acostumbró a convivir con las malezas.

Entre las alternativas, Remondino recordó que en algunos años se buscaba hacer una remoción manual, cuerpo a cuerpo, pero en la generalidad se empezó a ver máquinas cosechando y escapes de yuyo colorado.

Un banco inmanejable

Como punto de partida, mencionó que por bibliografía se sabe que en una especie como amaranthus hybridus o amaranthus palmeri tienen una producción de entre 300.000 y 500.000 plantas, dependiendo de la competencia del cultivo. La formación del banco de semillas es casi inmanejable, como ocurre en Sudamérica, Estados Unidos o en Europa.

En el ensayo de campo en Pozo del Molle, el pasado 6 de junio, el destructor de molino Redekop, de origen canadiense, fue montado en una cosechadora John Deere de la serie S680. Por su demanda de potencia, el kit también se puede adosar en las principales marcas de cosechadoras como Case, Claas, New Holland.

El acople es muy sencillo (se puede colar en un día o día y medio), se maneja desde adentro de la cabina, donde se acopla y desacopla el sistema. El destructor consta de dos molinos que “pulverizan” la semilla de la maleza que ingresa por el cabezal de la cosechadora. Parte de la semilla queda convertida directamente en una harina, y otra parte queda con daños que disminuyen su viabilidad.

También se utilizó una máquina de la marca New Holland para comparar  un sistema de desparramador y el destructor de semillas con el triturador prendido y apagado.

Dos situaciones de escape

Para la medición se eligieron dos situaciones: escapes con una frecuencia de 0,5 plantas por metro cuadrado, y una frecuencia más alta, que exigió al destructor de semillas en su funcionamiento.

Julián Oliva, también del equipo de AX Consulting, detalló que en un caso se evaluó una situación normal del productor, con un 20% de frecuencia de escape de la maleza; 25 kilos de semilla por hectárea, medido por la BCCBA, y 260 kilos de materia verde de maleza por hectárea.

Una segunda situación de lote, “bastante escandalosa, no tan frecuente”,  para probar el mecanismo en esa condición, contabilizó 307 kilos de semilla y 3.286 kilos de materia verde de maleza por hectárea.

70 millones de semillas por hectárea

En la situación del productor en general, con 20% de frecuencia de escape de la maleza, la semilla situó un PG del 43% y un peso de 35 gramos las mil semillas, coincidente con la bibliografía internacional. “Sacamos una cuenta: son 70 millones de semillas por hectárea. Sembramos 70.000 semillas de maíz, imaginen la cifra”, precisó Oliva, para significar que el amaranthus “vuelve a sembrar” en el lote, inmediatamente después del paso de la cosechadora.

Una vez que se colectaron las muestras, el posterior análisis continuó en el laboratorio de la BCCBA donde actuaron los peritos. Ese importante trabajo demandó 60 días para procesar todas las partidas, con diferentes zarandas.

Se midieron los resultados con los molinos del destructor prendidos y cuando estuvieron apagados. Se obtuvo una media de 82% de daño, con valores de hasta 89%. En general, en la bibliografía internacional se encuentran valores de 92% en amaranthus hybridus (hay diferencias por especies), pero se trató de experiencias estáticas y no dinámicas en el campo, aclaró Oliva.

“Ese dato de 89% es realmente muy alentador para nosotros, tratándose de una primera prueba de campo que se hace en Argentina; es un valor más que interesante”, destacó el técnico de AX Consulting.

En el escape fuerte se vio una pequeña reducción de la eficacia del mecanismo, lo cual coincide con otros autores. A medida que aumenta mucho el volumen de materia seca, la eficiencia del mecanismo puede verse reducida, lo mismo pasa con rastrojos más húmedos. En ese caso daba 65% de daño, con valores de hasta 77%, “sumamente interesantes por el impacto que tiene en el banco de semillas”.

Reducción del poder germinativo

El resultado con el destructor fue muy superior al ser comparado con el desparramador, el sistema normal que usan las cosechadoras, incluso cuando se apagaban los molinos.

Una de las preguntas que se hicieron los técnicos fue si el nivel de daño en la semilla sería suficiente para que no germine el amaranthus hybridus. Los PG en cámaras de germinación dieron que la semilla que fue dañada había reducido significativamente su poder germinativo.

El destructor no sólo genera que muchas semillas se partan, desaparezcan y no germinen, sino que muchas de las que germinan son anormales y en una condición de campo no prosperan.

Conclusiones y aprendizajes

Los técnicos de AX Consulting destacaron varios aprendizajes de esta primera experiencia en Sudamérica con el destructor de semillas:

–El porcentaje de control sobre amaranthus hybridus fue de hasta 88% en condiciones de campo y situación real de un cultivo de soja.

–El porcentaje de control es afectado por el flujo de rastrojo+maleza; en situación de alta población, la eficacia se vio un poco reducida.

–El efecto del destructor aumenta el número deseable de plántulas anormales.

–Es promisorio el impacto sobre el banco de semillas en amaranthus, siendo una herramienta muy esperada para integrar técnicas de manejo de malezas.

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