viernes, 29 de marzo de 2024
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Cómo manejar la nutrición de cultivos en la precampaña fina con precios de fertilizantes en alza

Las relaciones de precios grano-nutrientes de la precampaña triguera son menos favorables que en la campaña pasada. Así arranca un informe difundido por Fertilizar Asociación Civil, elaborado por la consultora Tecnoagro, en el que se le da al productor una serie de recomendaciones para manejar la nutrición de cultivos en un contexto de mercado con los fertilizantes más caros.

Este estado de situación se da debido a diferentes factores que han afectado negativamente la producción y el comercio de fertilizantes a escala global desde hace más de un año, generando que el precio de los mismos aumente progresivamente hasta alcanzar los niveles actuales. La crisis en Ucrania-Rusia agravó este contexto, ya que dicha región tiene una significativa participación en la oferta de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y potásicos.

Al contexto global del mercado de fertilizantes, se deben sumar factores locales, como la regulación del acceso a las divisas para el pago de las importaciones, y situaciones que afectan la logística como la escasez de gasoil para el transporte.

De allí que la pregunta que surge inmediatamente es: ¿Cómo manejar la nutrición de los cultivos en este contexto de precios de los fertilizantes?.

Recomendaciones para la toma de decisiones a campo

¿Ajustar dosis u optimizar el manejo nutricional?

El documento precisa que en escenarios con relaciones de precios desfavorables como las que imperan actualmente, es importante utilizar todas las herramientas y modelos de diagnóstico basados en análisis de suelos que permitan ayudar a la definir las dosis de nutrientes a aplicar. Los análisis de suelos, como así también la utilización de herramientas de sensoramiento remoto presentan muy alta  tasa de retorno a la inversión.

Esto se debe a que, en general, prevalecen contextos de suelos de baja fertilidad y/o con limitaciones de fertilidad (e.g. deficiencias de nitrógeno y fósforo). Por consiguiente, la decisión de “bajar dosis” sin conocer la disponibilidad de nutrientes implica, frecuentemente, una penalidad en el rendimiento o en la calidad de los cultivos.

No es lo mismo un sistema de producción que viene utilizando criterios de nutrición balanceada y optimización de tecnologías de procesos e insumos (e.g. agricultura de conservación, análisis de suelos, siembra de cultivos de servicio, aplicación o reutilización de residuos y efluentes pecuarios, etc.), que sistemas que vienen aplicando modelos de respuesta económica con prevalencia de suelos degradados o con pobre fertilidad actual, se explicita en el documento. Dentro de estos dos extremos posiblemente se encuentre la mayor parte de los sistemas de producción de cultivos extensivos.

CLAVES PARA OPTIMIZAR LA FERTILIZACIÓN

NITRÓGENO

Más y mejor diagnóstico

Se debe evaluar no solo la disponibilidad de nitratos en el momento de la siembra sino también el potencial de mineralización de nitrógeno (N) desde la materia orgánica. Por otro lado, el sensoramiento remoto durante el ciclo permite evaluar la conveniencia de efectuar una fertilización nitrogenada. Existen modelos de referencia que se han calibrado tanto en trigo y cebada en diferentes subregiones de producción.

Evaluar y considerar el efecto del cultivo antecesor

En este punto, desde Tecnoagro detallan que los cultivos antecesores pueden aportar o inmovilizar nutrientes como N por ejemplo. Así, en general, las leguminosas aportan N al cultivo subsiguiente mientras que las gramíneas tienden a inmovilizar el N. Trigos que vienen de antecesor a la soja podrían tener algún aporte de N, mientras que el antecesor maíz generaría alguna inmovilización del N en el rastrojo.

El informe recomienda que el agrónomo asesor debe evaluar la información científica disponible en la zona y asignar valores probables de aportes o inmovilizaciones de N con la finalidad de disponer de modelos de diagnóstico dinámicos y flexibles.

Selección de fuentes y métodos de aplicación

Existen diferencias considerables entre fuentes de N en términos de eficiencia, asociadas a los momentos y formas de colocación de los mismos. Si se decide aplicar urea en superficie, y hay condiciones predisponentes a la volatilización (e.g. temperaturas superiores a 15°C), se recomienda o bien incorporar la urea, utilizar ureas tratadas con inhibidores de ureasa (formulaciones en base a NBPT sola o combinada con otras moléculas) o bien seleccionar fertilizantes nitrogenados con baja volatilización (e.g. UAN).

FÓSFORO

Diagnóstico a escala de predio y ambiente

El primer paso para decidir realizar cambios en la dosis de fertilización es conocer la disponibilidad de P a escala de lote o ambiente. Esto requiere de la realización de muestreos más intensivos que otros nutrientes debido a la mayor variabilidad del nutriente a escala intralote.

En lotes o ambientes que contengan concentraciones de P extractable en el rango de 15 a 20 ppm (0-20 cm), la reducción de las dosis de fertilización fosfatada tendrá bajo impacto en una sola campaña, mientras que en ambientes que prevalecen deficiencias de P, la penalidad en pérdida de rendimiento en grano puede ser elevada y se debe analizar en cada caso en particular considerando las características del suelo, las rotaciones, aspectos económicos y financieros de la empresa, etc.

Manejo de fósforo a escala de agrosistema

Para “ganar en eficiencia” –indica el informe- el manejo de la fertilización y sobre todo de la forma de colocación del P tiene una marcada influencia sobre la eficiencia de uso del P aplicado. Así, en suelos deficientes en P, la aplicación localizada de P durante la siembra permite explorar altas eficiencias agronómicas más elevadas en comparación con fertilizaciones en cobertura total al voleo.

Selección de fuentes

Finalmente, en este punto el trabajo indica que a diferencia del N, en donde debido a su dinámica en el sistema suelo-cultivo, no es posible realizar un manejo a escala de rotaciones, el ciclo biogeoquímico del P (e.g. poca movilidad en el suelo, baja recuperación aparente asociada a mecanismos de insolubilización en el suelo) permite planear y ejecutar la fertilización considerando no solo el cultivo a implantar sino la secuencia de cultivos.

Esto permite desacoplar, dentro de ciertos límites, la influencia de los efectos del contexto económico o climático de un año en particular sobre la oferta de P a escala del sistema de producción. La aplicación de starters fosfatados líquidos (que también pueden aportar micronutrientes, bioestimulantes y/o biofertilizantes), son especialmente interesantes para garantizar la uniformidad de distribución de los nutrientes en el surco cuando se aplican dosis bajas, y además se pueden combinar con inoculantes biológicos (e.g. promotores del crecimiento de las raíces).

Se puede acceder al informe completo de Tecnoagro haciendo clic AQUI.

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