jueves, 25 de abril de 2024
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Enrique Erize «ve» a la soja en U$S 500 o algo más al arrimarse febrero 2022

El enálisis de los distintos factores que están jugando en el mercado internacional de granos, ahora y más adelante, permiten a Enrique Erize, presidente de la consultora Nóvitas, «ver» que al arrimarse febrero las cotizaciones de la soja volverían a niveles de U$S 500 o algo más.

Entre los datos que evaluó figuraron los volumenes de producción, la demanda del sudeste asiático y el cotejo del promedio de precios de los últimos 20 años en Chicago, entre febrero y junio, hasta que quedan definida la siembra y la proyección de cosecha de los Estados Unidos.

Erize, junto al experto malezólogo Juan Carlos Papa, participaron de una Jornada sobre Malezas y Mercados impulsada por la empresa Tecnomyl con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería y el trabajo organizativo y operativo de Agroverdad y Procampo. La Jornada tuvo 658 personas registradas.

Proyecciones fantasiosas
Comentó: “En el caso de la soja, yo no recuerdo una estimación de reservas tan baja como la que dio el USDA para dentro de un año, de un 7,8%. Además, dice que EE.UU. va a exportar 55,8 millones de toneladas cuando en la campaña pasada exportaron 61,6, y ya tiene vendido el 62% de aquella previsión en solo 3 meses. Entonces me parecen absolutamente fantasiosas las proyecciones que hace el USDA”.

Aparte, el Departamento de Agricultura “viene subestimando la demanda asiática” desde hace una década.

Por, tanto el cierre del ciclo comercial 2021/2022 de la soja en Estados Unidos podría ser “casi explosivo porque cada vez que los stocks caen debajo del 10%, como en 1996, 2004, 2009, 2013 y el año pasado, hay explosión de precios. “¡Por que este año no va a ser igual?”, interpeló.

Los 500
Tomó en cuenta que ahora “estamos en 470 dólares” (en Chicago): “yo creo y me animo a arriesgarme, que la soja va a llegar a estar arriba de los 500 dólares”.

¿Cuándo?. Para responder, repitió su reiterado consejo en el sentido de que “hay que saber manejar los tiempos del mercado” y, en el caso de la oleaginosa, fijarse en cuáles son los meses en los que sube y cuándo los precios acusan el impacto de la entrada de la cosecha norteamericana.

O sea, los apuntados, reflejan factores alcistas.

En el otro platillo
Puso en el otro platillo de la balanza, factores que debieran ser considerados bajistas, como las siembras en Brasil, “que vienen muy bien”, encaminando al vecino a 144 millones de toneladas. Los brasileros “son tremendos produciendo soja”, dijo.

Otro factor bajista lo sugiere el hecho de que en China “los números (de la economía) no son tan buenos y eso puede deprimir la demanda: sería otro factor bajista”.

Pero también juega un contrapeso. Los reservas mundiales de soja están cayendo, a pesar de buenas cosechas, lo que quiere decir que el consumo crece más que la producción, “este es un dato claramente alcista”, porque crecen los requerimiento de en casi todo el sudeste asiático.

“Y ahora –subrayó- aparece la India. Es importador neto de aceite vegetal, se rumorea que empieza a importar harina de soja. Es un gigante que de golpe se despierta. Estemos atentos a las novedades de la India”, recomendó.

Tendencia que se repite
En definitiva, “aunque no tengo la bola de cristal, me animo a decir esto porque la estacionalidad de los precios en Chicago indica que suben entre febrero, marzo, abril, mayo, junio, (ha ocurrido) en los últimos 20 años, y después de julio se caen porque entra la cosecha de EE.UU. Esto va a volver a pasar. Yo me imagino a Chicago volviendo a superar los 500 dólares en algún momento”.

¿Y la Argentina?
En cuanto a la Argentina, Erize recordó que es el principal exportador de harina y de aceite de soja. Pero yendo al análisis frío, fue poco optimista respecto a los volúmenes que pueda llegar a alcanzar “en un año Niña, que sigue a otro año Niña. Nadie lo dice todavía pero recordemos experiencias recientes”, que muestran que en estas condiciones climáticas caen los rindes de la oleaginosa. Ya se vió en 2018, cuando la producción cayó a 36,5 millones de toneladas, perdiendo en un año 17 millones de toneladas.

“¿Que puede pasar en el 2022? En el mejor de los casos, según la caída de rindes, se podría llegar a 38,7 millones de toneladas, 10 millones menos que la última campaña”, interpretó. “La probabilidad de que la cosecha caiga por lo menos 7 u 8 millones de toneladas es muy alta”, cree el presidente de Nóvitas.

Señaló que parte de la provincia de Córdoba estaría menos afectada (en condiciones parecidas a las que se dieron este año).

¿Vendería a 320?
En la Argentina la soja es reserva de valor. “Por eso el productor cuida sus remanentes: queda el 20% por comercializar. En todos lados (países vecinos) el productor cobra 440 dólares, en la Argentina cobramos menos de 200 dólares por tonelada”, razonó. “Yo estoy de acuerdo con mantener la soja en los bolsones y no tener la plata en el banco”, dijo.

Erize analizó que la soja 2021 / 2022 (en la Argentina) se podría estar negociando 336 dólares, pero la realidad es que se está pagando a 320. “¿Vendería a 320?. Yo no vendería nada pero tampoco leería los diarios, No tengo la bola de cristal, pero me animo a decir esto porque tomo en cuenta la estacionalidad de los precios en Chicago”.

En todo caso, vendería de acuerdo a las necesidades o en combinación con put y call de manera «prudente».

“Si les parece bien, pongan “el despertador” en 340 dólares, incluso 350, y esperen. El precio puede bajar, pero hablemos en febrero-marzo”, concluyó.

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