jueves, 25 de abril de 2024
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Marcelo de la Vega: coadyuvantes, acciones y asignaturas pendientes

Mostró casos de una confluencia exitosa entre coadyuvantes y herbicidas. Pero también observó que muchas de estas combinaciones “pueden no estar funcionando” y hasta se permitió un mea culpa entre investigadores.

¿Ajustamos las dosis? ¿Mejoramos las mezclas? ¿Qué coadyuvantes utilizamos? El sistema agrícola en la Argentina es muy amplio, con condiciones ambientales muy disímiles de temperatura y humedad. “Sin embargo, en las zonas más críticas, como por caso en el norte del país, es donde menos coadyuvantes se están usando”.

Esta fue una de las observaciones que realizó el Ing. Agr. Marcelo H. De la Vega, profesor asociado en Terapéutica Vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán. En la 1° Jornada Adyuvantes para Herbicidas 2021 expuso sobre “coadyuvantes: las acciones y asignaturas pendientes”.

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Pueden no funcionar
De la mano de diferentes investigaciones y ensayos, mostró la confluencia positiva y probada eficacia entre coadyuvantes y herbicidas. Pero, al mismo tiempo, advirtió que “muchas veces” esas acciones y combinaciones “pueden no estar funcionado”, debido a incompatibilidades, entre otras tantas razones.

A modo de disparador, se refirió a una encuesta que se hizo en los Estados Unidos entre 187 productores, que respondieron sobre sus problemas en el manejo de malezas difíciles. Entre las opciones a marcar estaban “ninguno”, “no tengo información”, “el problema son las tecnologías disponibles” o “no tengo tiempo o dinero para invertir en un programa de malezas difíciles”. “Y lo que respondían los productores –observó De la Vega– era que su principal dificultad radicaba en que usaban los mejores productos o las mejores estrategias, pero estas no resultaban”.

¿Dónde estamos fallando?
“Entonces, si el producto tiene una probada eficacia, dónde estamos fallando en el manejo. Un adyuvante, aditivo o coadyuvante puede cumplir una serie de funciones en las aplicaciones”, mencionó, para luego exponer sobre diferentes acciones, desde la mejora en las mezclas hasta el mantenimiento de los equipos de pulverización.

“Muchas veces cuando nos preguntan si son compatibles o no las mezclas, a veces no está todo probado, y entonces tenemos que empezar a hacerlo en pequeñas proporciones, considerando un volumen de aplicación de 50 litros”, señaló.

Entre otros ejemplos, mostró la posibilidad en ciertas mezclas de salvar una aplicación que ha precipitado. En este caso se recurrió a glifosato sal monoamónica (con coadyuvante y sin coadyuvante), en una mezcla de fomesafen como concentrado emulsionable. “Vemos que no se produce un precipitado y esto es porque en el concentrado emulsionable, el fomesafen ya no está como una solución líquida sino diluido en un solvente orgánico y puesto como un concentrado emulsionable. El fomesafen no está en contacto con el glifosato porque está dentro del glóbulo. Entonces no se produce un precipitado”, describió.

Destacó la diferencia de color, una mezcla mucho más traslúcida con el coadyuvante en el caldo, “lo que podría estar indicando que el coadyuvante en este caso ha estado actuando también como un emulgente, que va a hacer que el glóbulo sea más chico y más estable”.

No todos los aceites son iguales
Expuso, por otra parte, que no todos los aceites son iguales y recomendó trabajar con aquellos que poseen un buen contenido de emulsionante. “Cuando el emulsionante empieza a bajar, cuando tenemos un aceite con menor contenido de emulsionante, una parte de la mezcla se empieza a poner más traslúcida debido a que se empieza a separar la fase o en algunos casos a romper la emulsión”, observó.

En otra parte de la charla mostró un control de quenopodium en garbanzo, con tamaño de la maleza avanzado, a partir de una aplicación de Benazolin con un coadyuvante mezcla de aceite y una parte siliconada. “La parte siliconada es la que está cumpliendo la función de humectación, de romper las tensiones superficiales de la gota de agua, mientras que el aceite está cumpliendo una función de penetración, por su lipoficidad. A los cuatro días ya se demostró un control mucho más eficiente, a pesar del tamaño de la maleza”, ilustró.

Las asignaturas pendientes
Con el ejemplo, destacó que los coadyuvantes dan la posibilidad de mejorar la penetración. Mostró el caso de control de un Chloris, también pasado de tamaño, donde se hizo una mezcla sinérgica de glifosato con Cletodim. “Le hemos agregado aceite como penetrante, y además, como los graminicidas (caso Cletodim) son ácidos débiles, necesitan aguas ácidas, le agregamos sulfato de amonio”, detalló.

En conclusión, De la Vega sostuvo que “las asignaturas pendientes vienen de muchos lados. Vienen en principio de nosotros, los que hacemos investigación, que posiblemente nos hayamos quedado en el desarrollo de eficacia de los productos. Pero muchas veces el técnico o el productor de campo nos pueden responder ´yo uso lo mejor y no funciona´. Y esas van a ser nuestras asignaturas pendientes”.

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