Del campo a la góndola, hay productos que multiplican su valor hasta sietes veces como consecuencia de la alta carga tributaria, ya que el 41% de lo que el consumidor carga en el carrito del super son impuestos.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas, (CRA), también denuncian una suerte de “caza de brujas” que, con falta de información e ideologización, busca echarle la culpa al campo por los aumentos de precios
De esta manera, el sector agropecuario salió una vez más a mostrar con números concretos por qué no es formador de precios ni responsable de la escala inflacionaria que atraviesa el país, frente a lo que se empeñan en aseverar algunos referentes del gobierno nacional.
Del campo a la góndola
De acuerdo al Departamento Económico de CRA, desde enero del 2017 a hoy febrero del 2021:
la carne se multiplicó por 4,3 veces; la leche en góndola se multiplicó 4,4 veces; el gasoil se multiplicó 4,3 veces; la canasta básica se multiplicó 4,23 veces y el dólar oficial Banco Nación se multiplicó 5,8 veces.
Para entenderlo mejor, en enero de 2017 con $100 se podía comprar una combinación y una cantidad determinada de productos de la canasta básica, mientras que para comprar hoy en febrero de 2021 esa misma cantidad y combinación se necesitan $383.
“La inflación en Argentina se genera por las políticas monetarias, la presión fiscal y las intervenciones viciosas en las cadenas de precios”, sentencian los ruralistas.
“Decir que los productores agropecuarios somos formadores de los precios pagados por el consumidor final en góndola, no es solo una falta de veracidad técnica, es también un desconocimiento pleno de cómo funciona el andamiaje productivo del país”, agregan.
Desde CRA señalan que el sector agropecuario es “el último eslabón de la cadena en flujo monetario ya que el mismo inicia en el consumidor final y va desandando cada eslabón en la cadena hasta llegar al productor. Esto es lo que hace que el productor sea un tomador de precios en el mercado y no un formador”.
Por eso sostienen que “los productores gestionamos costos y no precios, establecemos nuestra estructura productiva en base a los precios que el mercado refleja para nuestros bienes, resultado de nuestra producción; y es que ‘en una cadena comercial no hay más dinero para repartir que el que un consumidor paga por ese bien o servicio’ “.
En este contexto, la entidad denuncia una suerte de “caza de brujas” hacia el campo motorizada por “por falta de información, de conocimiento, por ignorancia o por una ideología carente de sustento y desacoplada de la verdad, de la realidad”.
Por qué suben los precios
El informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) también procura explicar por qué suben los precios de los productos en nuestro país. En este sentido, señalan que en Argentina hay dos componentes excluyentes en la formación de todos los precios: los impuestos y la inflación.
Según el Departamento Económico de la entidad, por un lado, el 41 % de lo que el consumidor carga en su chango de supermercado son impuestos. Por el otro, la inflación en Argentina durante el 2020 fue del 36,1 %, mientras que otros países como Uruguay alcanzó el 8,1%, México el 3,5%, Chile el 3,1%, Perú solamente 2,6%.
“En economía como en la vida, se puede hacer cualquier cosa, lo que no se puede, es evitar las consecuencias de sus actos”, expresan.
Y por todo esto concluyen, que “buscar culpables en vez de soluciones, tener diagnósticos de situación basados en posiciones ideológicas y no académicas, lleva a una caza de brujas que solo da lugar a más incertidumbre y miedo del futuro”.
