viernes, 29 de marzo de 2024
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Recién salido del horno, Informe mensual de Zorraquin-Meneses: del “vamos viendo” al “mientras tanto qué”

Hace unos minutos fue difundido por la Consultora Meneses-Zorraquin su informe mensual “Apunta para empresas del Agro – Abril 2020”, con capítulos tales cómo: “Tres ejes y una amenaza”, “Peronismo de barbijo”, “Y en el mientras tanto qué” y “El futuro de los agroalimentos”.

Te lo transcribimos a continuación:

>> Los primeros días del futuro:  todos los efectos que alguna vez estudiamos o leímos están ocurriendo a la vez: Cisne Negro, Aleteo de Mariposa, Hiperconectividad, Globalización, un mundo VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), China como nuevo motor de la economía global , Industria 4.0, la falta de crecimiento económico global. Y todo eso combinado con todos los efectos y temores producto de una digitalización masiva: robotización, millones de trabajadores sin trabajo, pagarle a la gente para que se quede en su casa, Home Office, educación remota, reconocimientos faciales masivos, Big Data, Inteligencia Artificial, las Fintech reemplazando a los bancos, el final del papel moneda, etc, etc, etc. Un proceso global sin precedentes, donde ante una misma acción (virus) veremos reacciones de distinto orden y magnitud dependiendo del liderazgo, cultura, conducta social, etnia, localización geográfica, poder adquisitivo, edad media de la población, ingreso per cápita y densidad geográfica. Estamos en un proceso de «legitimación» muy importante.  La crisis modificará el mundo que conocimos, será un acelerador de procesos en todas las actividades e industrias y pondrá delante nuestro el resultado de experimentos sociales a escala. ¿Bienvenidos al Siglo veintidós?

> Tres ejes y una amenaza: el escenario actual argentino presenta tantos frentes abiertos que cuesta priorizar por dónde empezar a analizarlos.El primer eje es el sanitario: la pandemia tapa todo, es la neblina que impide ver con claridad y que permite al gobierno tomar medidas que en otro contexto serían impensadas. Y si la medida principal, la cuarentena, genera un gran apoyo reflejado en las encuestas de imagen del presidente, más se corre el riesgo que meta la cola la política en lo sanitario. En la cuarentena, como en los cepos, es fácil entrar y difícil salir. El segundo eje es el económico: la falta de actividad en muchas actividades está destrozando el patrimonio de muchas personas y empresas. Sólo se “salvan” las actividades definidas como esenciales (entre ellas el agro). Los subsidios o créditos blandos que se puedan recibir no compensan ni de cerca las necesidades. El “día después” o “el año después” presenta tal nivel de incertidumbre y de seguras malas noticias que hace que el mencionado síndrome del “vamos viendo” de nuestro informe de marzo tenga más vigencia que nunca. El tercer eje es el social: con más de 13 millones de personas bajo la línea de pobreza, el riesgo de que exista un alto nivel de contagio en la periferia de las grandes urbes genera un escenario de consecuencias impensadas. Debido a que unas 18 millones de personas hoy reciben un cheque del Estado todos los meses (jubilaciones, sueldos estatales, planes) va disimulando la crisis económica de corto plazo. Pero hay mucha gente de clase media o media baja que no recibe dinero y que depende de su propia actividad para cubrir sus gastos. Los ahorros personales ayudan a postergar decisiones, pero son limitados. Por ahora el miedo ha podido más que la desesperación, pero de a poco irá cambiando la prioridad en la gente. Y por último una amenaza: el gobierno (en todos los niveles) está logrando manejar a su gusto el avance sobre derechos individuales que garantiza la constitución, justificándose en “el bien común” por encima del “bien individual”. ¿Pero quién garantiza que gobiernos con vocación totalitaria o populista no decidan el día de mañana definir otros “bienes comunes” (alimentos, salud) y que avancen sobre el derecho de propiedad o de la intimidad de las personas? Es una amenaza latente que impacta en los tres ejes mencionados.

> Peronismo de barbijo: la crisis, que  podría ayudar a replantear las relaciones entre las distintas fuerzas políticas, pudiendo migrar hacia liderazgos más horizontales y colaborativos (a nivel nacional, provincial y municipal), pareciera chocar contra una política que se resiste a dejar viejas prácticas.  Se gobierna con DNU, mientras el Congreso y la Justicia están en cuarentena. Los bancos no funcionan normalmente y los supermercados sí. Se flexibilizan las prisiones domiciliarias y los mayores de 70 años tendrán que pedir permiso para circular. El Estado compra alimentos con viejos «formatos» mientras nos indica que Moyano es un dirigente ejemplar y los jubilados hacen cola en bancos para retirar su dinero. A favor, pareciera que en alguna medida  se está atento a la reacción de la sociedad y algunas «contramedidas» tienen una mayor velocidad.

> La macro: dólar oficial a $65 y el resto arriba de $100. Dando brechas muy por encima del 50%. Inflación de marzo del 3.3% y la esperada anual bien arriba del 50%. Déficit fiscal primario esperado para el año superior al -5% (en 2019 fue negativo en 0.4%). Decrecimiento del PBI esperado para el 2020 en el orden de -4% a -5% en el mejor de los casos, con un segundo y tercer trimestre aún más abajo. Tasa de desempleo creciente que está generando los primeros acuerdos entre gremios y empresas de reducción del 30% del salario con compromiso de mantener el puesto de trabajo. Reducción de recaudación fiscal a nivel nacional cercana al 30% y aún superior en algunas provincias o municipios. No es rebelión fiscal, es falta de dinero o bien reservar el dinero para otros usos hasta tener más claro el panorama (en Argentina siempre han aparecido moratorias, dice el saber popular). Salarios de empleados del Estado, políticos y de planta, que no se han tocado a pesar de la presión social, mostrando que aún un gobierno que dice buscar la justicia social no tiene la empatía o la viveza para dar una señal en ese sentido.

> Y en el mientras tanto qué: como un resumen de acciones y consultas entre las empresas con las que interactuamos, podemos observar algunos aspectos comunes: se está priorizando la caja , al momento no se escuchan problemas mayores en la cadena de pago (salvo en leche) aunque hay demoras en pagos y tampoco escuchamos problemas en la cadena de suministros . Se piensa hacia delante en esquemas defensivos, con superficies similares a alquilar, respetando la rotación de cultivos y la proporción de actividades sin proyectar por el momento bajar tecnología. Se anticipan compras de insumos, se paralizan inversiones postergables y se disminuyen o anulan proyectos expansionistas . Se cosecha con rindes dispares y no homogéneos en las distintas zonas, aumentando el porcentaje de embolsado en campo. Se espera una devaluación o una mayor brecha entre dólares (la duda es cuándo y de cuánto),  y hay dudas sobre en qué activo posicionarse en el mientras tanto para proteger la liquidez necesaria para la campaña. Mucha conciencia sobre que no se pueden cubrir todos los riesgos así que se va eligiendo cual.

> La deuda, esa eterna compañera: la deuda externa (que en realidad también es interna) es ya parte del folclore. Se ha usado por los gobiernos para explicar “la pesada herencia”, para hacer política “contra los buitres” para explicar nuestras propias ineficiencias y para muchas cosas más. Como si fuera un cataclismo ajeno a nuestras decisiones soberanas. Una vez más, la novena en el último siglo, la Argentina se pone al borde del default. Ya no sorprendemos al mundo ni a nuestros acreedores. Esta semana se presentó la propuesta a los bonistas para reformular el pago de la deuda, los cuales tendrán unos 20 días para decir si aceptan o no. Los aspectos principales:  se presentó una estructura de bonos amortizables, con tasas escalonadas que nunca superan el 5%, quitas de capital del 12% al 18% para los bonos más cortos y del 5% para los más largos (y algunos bonos no tendrán quitas de capital), con tres años de gracia (se empieza a pagar en el 2023) y con distintas fechas de vencimiento que van del año 2030 al 2043. Esto representa para Argentina una quita de capital de 3600 millones de dólares y de intereses de 37900 millones de dólares. Allá vamos, empezó el tiempo de descuento. Una vez más. Ojalá funcione, sería mucho mejor una aceptación que un default. Pero teniendo claro que por mucho tiempo deberemos “vivir con lo nuestro” porque los capitales de riesgo e inversión van a estar espantados por un rato largo.

Financiamiento: algunas alternativas de financiamiento están presentes en el mercado. Créditos al 24% anual en pesos para empresas que disponen la calificación. Promociones con tarjetas agro con 120 días sin tasa o con tasas anual del 35%. Descuento de cheques al 25-30%. Compra de insumos con canje o con financiamiento del 22% al 30% en pesos (al valor actual del insumo en dólares se le agrega esta tasa, se pesifica al tipo de cambio actual y se entrega el cheque). Gran aumento de las operaciones con entrega de cheque diferido pero electrónico. Empresas semilleras saliendo con ventas “pre campaña” agresivas.
Qué pasó con el precio de los granos (Cotizaciones MATBA/Rofex, posiciones cercanas y a cosecha) en dólares/tonelada):

El mes estuvo marcado por la caída de la cotización del maíz, producto del impacto de la crisis en biocombustibles y a nivel local por la cosecha. Es impredecible el comportamiento del mercado ante la crisis, esperando variaciones bruscas en ambas direcciones. Las coberturas puntuales, cortas y específicas pasan a tener un rol importante en las empresas.

> El futuro de los agroalimentos: queremos compartir con ustedes un análisis que refleja bien lo que pensamos, desarrollado por el Ing. Agr. Guillermo Devereux. Hay un mañana que puede ser atractivo para las cadenas de alimentos, pero requerirá tener capacidad de adaptación.
https://www.linkedin.com/pulse/desaf%25C3%25ADos-en-la-cadena-de-valor-alimenticia-guillermo-devereux/?trackingId=JhThcNrXSuuoBHPRDvVR4g%3D%3D

> Negocio ganadero: el mercado de exportación de carne a Europa está detenido. El mercado chino ha arrancado, con precios menores a los que había, pero con lo que parece ser una demanda creciente. El consumo interno aumentando en la cuarentena aunque cambiando un poco el perfil de los cortes demandados (menos asado, más cortes  para milanesas). Precios en el mostrador aumentando en promedio un 5% a 6% aunque desparejo según provincias, según cada barrio y según el tipo de corte. Precio del novillo en pie con aumentos similares. El gobierno pidiendo a los frigoríficos más información que ya se presenta en otros organismos del Estado, como una forma de hacer de cuenta que controla o sugiere un control de precios. El mercado interno muy bien abastecido. Los feed lots con ocupación cercana al 60% y si bien hay incertidumbre están momentáneamente favorecidos por una buena relación compra/venta y por un precio del maíz en baja. Los frigoríficos, que venían de dos o tres años de muy buena rentabilidad, complicados por no poder vender o entregar los cueros, por la caída del mercado europeo, por la demora en el cobro de entregas a China y por una disminución de los precios. La expectativa no es mala, aunque mucho dependerá de la proporción de carne que se destine al mercado interno debido a que se estima una capacidad de pago limitada para absorber aumentos. El criador sufriendo pérdida de rentabilidad, con un ternero que vale entre 100 $ y 110 $/kilo. Una vaca gorda que es la categoría que menos aumentó (70$ a 75 $/kg) y una vaca o vaquillona preñada que en marzo tuvo una fuerte caída de valor por poca demanda.

> Negocio lechero: la producción de leche en el país se encuentra estancada y no se ven señales de que esto se vaya a revertir en el corto plazo. Las Pymes que procesan leche para el consumo interno (muzzarella) muy complicadas porque se quedaron sin mercado, muchos cheques rebotados y en algunos casos con las plantas cerradas. Esa leche los tamberos la están derivando a las usinas grandes que están por ahora deseosas de recibirla por que tienen la demanda, sobre todo de leche fluída (aunque el consumo interno de lácteos sigue estancado). El precio informado por Siglea se ubica en 18.08 $/litro (259 $/kilo de sólido), lo que da un aumento del 73% respecto a abril de 2019 pero sólo un 1% respecto a marzo de 2020. Este precio representa unos 28 centavos de dólar (al tipo de cambio oficial) o 18 centavos de dólar usando el dólar MEP. Es un negocio cuya rentabilidad viene cayendo fuerte hace unos meses. Y al ser un producto de extracción diaria y perecedero, la amenaza de un contagio por coronavirus en algún eslabón de la cadena lo deja en una posición frágil respecto a otras actividades.

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