sábado, 20 de abril de 2024
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La bajante del Río Paraná genera pérdidas por más de u$s 200 millones al complejo agroindustrial exportador

La bajante del Río Paraná más severa de los últimos 50 años representa un costo de u$s 244 millones para el complejo agroexportador en el primer cuatrimestre del 2020.

La altura del afluente en el puerto de Rosario ha descendido hasta los 0,40 metros de profundidad, lo que implica enormes problemas logísticos, de transporte y de industrialización al resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria argentina.

Con este panorama, que podría agravarse aún más en las próximas semanas, el equipo técnico de la Bolsa rosarina realizó una estimación de las pérdidas que implica para el país y su impacto negativo sobre el complejo agroindustrial exportador.

Estimaciones de pérdidas
Las empresas del sector resumieron las principales problemáticas que esta situación trae aparejada en relación a la logística de exportación, industrialización, operatividad y los costos asociados.

En primer término, destacan los costos relacionados a la necesidad de ajustar el volumen de carga en el Gran Rosario y efectuar completamiento en otros puertos de la zona y costos de buques de menor porte que incurren en un falso flete al no poder completar su capacidad máxima de carga.

Otra de las principales causas de la bajante del río son los menores precios de exportación para el aceite de soja argentino.

“Existe un castigo en el precio del aceite de soja argentino que se traduce en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación a otros orígenes, como el brasilero”, explican desde la BCR.

Entre las pérdidas que ocasiona este fenómeno, también están los mayores costos de transporte y logísticos en la mercadería que baja por Hidrovía Paraná- Paraguay desde países limítrofes a los puertos del Gran Rosario, ya sea como importación temporaria para su posterior procesamiento y exportación, o para trasbordo en los puertos del Gran Rosario.

El escaso afluente hídrico del Paraná también viene ocasionando importes demoras en el proceso de exportación.

“La bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema”, comentan.

La situación también está generando demoras en la industrialización del complejo oleaginoso del Gran Rosario y posible ralentización del programa de embarques de maíz en Abril y Mayo, lo cual podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos.

Con este panorama, se comienzan a evidenciar “importantes demoras en la carga de buques con aceite de soja que genera inconvenientes en las fábricas, saturación de almacenaje y demoras en el ritmo de molienda”.

“Los efectos de la bajante del Río Paraná resultan multidimensionales. En el plano económico, por su impacto sobre el principal complejo exportador de la economía argentina, así como también en otras actividades fundamentales para la subsistencia de la región como la pesca, la potabilización de agua, pero también en lo ambiental al afectar el ecosistema del río”, concluye el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Situación actual del río
Semana a semana, la bajante del Paraná continúa agravándose por el déficit de lluvias hacia el norte de Argentina y en Brasil y, para peor, se espera que la situación empeore en el corto plazo”, advierten.

Según el Instituto Nacional del Agua, los promedios semanales de la altura del Paraná vienen cayendo sin interrupción y se espera que el río continúe bajando, oscilando alrededor de los 0,3 m en la semana próxima.

En este contexto, describen que en la última semana, la altura del río medida por el hidrómetro ubicado en Rosario tuvo un fuerte descenso de 0,34 m, para ubicarse al miércoles 22 a las 00.00hs en los 0,4 m, el guarismo más bajo desde 1971, y sin antecedentes para el mes de abril desde que comienzan los registros en 1884.

“Este nivel resulta, además, muy inferior al mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse a la altura de Rosario para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar los 34 pies de calado”, alertan.

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