jueves, 25 de abril de 2024
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La Mancha Ojo de Rana tiene la manzana rodeada: importante avance para el manejo de la enfermedad

Cercospora sojina es un hongo que causa la enfermedad conocida como Mancha Ojo de Rana, una de las de mayor importancia que afecta a la soja debido a las pérdidas que puede ocasionar.

Desde el INTA San Luis llevaron a cabo un importante hallazgo a través del cual estudiaron la sensibilidad del patógeno a las mezclas químicas.

Este avance es considerado el primer paso para desarrollar alternativas para el control de la enfermedad y la investigación desarrollada durante cuatro años constituye un aporte científico inédito en el país.

Los detalles
La investigación realizada por los técnicos del INTA permitió proporcionar información sobre la sensibilidad in vitro de Cercospora sojina a mezclas de fungicidas utilizados para su control.

Pudimos determinar una posible vía de respiración alternativa como escape al modo de acción de un grupo químico de fungicidas comúnmente utilizado para frenar el avance de la enfermedad”, señaló María Belén Bravo, especialista en protección vegetal del INTA.

La investigación liderada por Bravo demostró la variabilidad del hongo y que su resistencia puede quebrarse.

Se estudiaron seis aislados de diferente procedencia geográfica: Venado Tuerto –Santa Fe–, Vuelta Obligado –Buenos Aires–, Selva –Santiago del Estero–, Nogoyá –Entre Ríos–, Pergamino –Buenos Aires– y Cañada de Luque –Córdoba–; todos obtenidos de la Colección de Cultivos del Centro de Referencia de Micología (Ceremic) de la Universidad Nacional de Rosario.

La determinación a la sensibilidad de un fungicida particular en una población de hongos fitopatógenos es el primer paso para desarrollar un programa de manejo de la resistencia a los fungicidas”, indicó Bravo.

“Los resultados obtenidos en este ensayo son un aporte inédito en el país, debido a que demuestran los posibles mecanismos de respiración alternativa in vitro en aislados de Cercospora sojina”, detalló la técnica.

La investigación “representa un avance que servirá de herramienta para conocer cambios de sensibilidad del fitopatógeno en el tiempo”, subrayó la investigadora del INTA.

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