viernes, 19 de abril de 2024
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Dos desarrollos del INTA obtuvieron patente internacional

Dos desarrollos del INTA obtuvieron patente internacional. Se trata de un sistema que optimiza la distribución de semillas y fertilizantes durante la siembra, denominado Facón, y un escarificador para labranza profunda y fertilización localizadas.

Ambos desarrollos fueron patentados en Brasil y Estados Unidos, respectivamente.

Estos sistemas fueron concebidos en el Laboratorio de Terramecánica e Implantación de Cultivos del Instituto de Ingeniería Rural (IIR) del INTA Castelar.

El subsolador
Si bien esta herramienta fue diseñada para el cultivo de caña en cualquier tipo de suelo, puede adaptarse fácilmente a otros cultivos industriales, destacan desde el INTA.

Concretamente, el subsolador para labranza profunda en franjas prevé que en su composición final posea tres sistemas independientes: el conjunto escarificador, el accesorio para labranza secundaria y el accesorio fertilizador.

“El novedoso ordenamiento espacial de los cuatro órganos escarificadores, a tres diferentes profundidades, posibilita una adecuada remoción del suelo e incrementa entre un 60 y un 70 % la eficiencia energética de la labor, respecto de la obtenida con las máquinas utilizadas en el área cañera”, señaló Omar Tesouro, responsable del Laboratorio del IIR del INTA Castelar.

Este sistema de manejo alternativo reemplaza cuatro labores durante la implantación de la caña, lo que permite lograr una reducción en el consumo de combustible de 45 L/ha.

“Además, evita realizar dos labores que se efectúan anualmente a lo largo del ciclo del cultivo, ahorrándose otros 18 L/ha de combustible”, subraya el técnico.

Entre los beneficios que aporta esta herramienta, indican que al no disturbar los entresurcos, se obtienen mejores condiciones de piso y se reduce el efecto dañino del tránsito de la maquinaria que ocurre con la tecnología actual, en la que se produce la rotura de la totalidad de la superficie del cultivo.

“Los costos operativos se reducen significativamente, incrementando el margen bruto del cultivo en aproximadamente un 15 % respecto del obtenido con el manejo convencional”, especifica Tesouro.

Por su parte, Enrique Fernández de Ullivarri, especialista en caña de azúcar del INTA Famaillá, Tucumán destaca que “este nuevo sistema de manejo se presenta como promisorio ya que, con menor complejidad operativa, logra mantener elevados rendimientos y superar la rentabilidad obtenida con el sistema tradicional”.

“La menor cantidad de labores y el hecho de poder realizarlas con tractores de baja potencia, hacen factible que también los pequeños productores puedan adoptar esta tecnología”, agregó

Facon, para sembrar y fertilizar
Por su parte, el Facón es un dispositivo totalmente mecánico que compensa las variaciones de tensión que se generan en los resortes cuando estos se estiran o se contraen.

En consecuencia, se consigue que la carga aplicada sobre el tren de distribución de semillas en máquinas sembradoras y fertilizadoras, permanezca prácticamente constante independientemente de la posición que éste tenga en un determinado momento.

“Este diseño se destaca por su simplicidad”, señaló Juan Pablo D’Amico, investigador del IIR Del INTA Castelar

El técnico puntualizó que este logro permitirá una mayor eficiencia y uniformidad de implantación, especialmente bajo condiciones difíciles, como elevada irregularidad del microrrelieve y abundante cobertura de rastrojo.

“El dispositivo, que podrá utilizarse en máquinas para siembra fina y gruesa, se instala en los trenes de distribución de semillas y fertilizantes”, dijo.

Esta tecnología presenta características únicas en el país, destacan desde el INTA.

“Las innovaciones en sembradoras directas presentan una alta importancia en los sistemas productivos de la Argentina, ya que caracterizan nuestra producción. Este tipo de desarrollos son los que permiten mantener un liderazgo internacional en la temática”, explicó D’Amico.

El logro de patentar
Para Omar Tesouro, “el otorgamiento de las patentes a estos logros ubica al INTA en un lugar de privilegio en materia de nuevas tecnologías de cultivos”.

“Por otro lado, tanto técnica como económicamente, permite que los pequeños productores puedan adoptar estas tecnologías”, agregór.

Por su parte, Juan Pablo D’Amico, consideró “estratégico” para el INTA la protección de la propiedad intelectual de sus desarrollos.

“En primer término, una patente le permite a la institución entablar el proceso de transferencia de tecnología o generar alianzas para desarrollos conjuntos con el sector privado”, señaló.

“El otorgamiento de patentes al INTA por parte de países centrales, posiciona al país en sus mercados, prestigia a la institución y a los técnicos involucrados”, subrayó el técnico.

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