La situación económica argentina es complicada y en este contexto los fabricantes de maquinaria agrícola enfrentan un panorama complejo, pero con proyecciones que alientan a duplicar esfuerzos, resignando momentáneamente inversiones en post de evitar suspensiones de personal como sucede en otros sectores.
Una sequía histórica, el regreso de las retenciones a las exportaciones y las altas tasas de financiación fueron el cóctel para una caída importante en las ventas de equipos.
Rosana Negrini, presidente de Agrometal, disertó en el Seminario ACSoja, y afirmó que este año “la ausencia del financiamiento bancario fue fundamental. Nuestros clientes estuvieron acostumbrados a tasas competitivas, los hemos malcriados porque vendíamos a tasa 0%, subsidiando las fábricas las tasas y frente al cambio de condiciones, se frenaron las ventas porque fue imposible que las empresas mantengamos los subsidios”.
Actualmente, las compañías están ofreciendo la línea del BICE, con tasa del 18% hasta 60 meses y la línea del Banco de Córdoba para la línea para la adquisición de maquinarias agrícolas, viales y otros bienes industriales, con tasas de entre 34% y 35% a 12, 24, 36 y 48 meses de plazo.
“Hoy tenemos un sobre stock fenomenal, porque las ventas no repuntan y eso nuestros empleados lo ven, pero a la par nosotros intentamos no caer en el pesimismo. Eso lo tiene que ver el Gobierno y entender que si los productores no tienen créditos a tasas lógicas se cae una industria que genera miles de puestos de trabajo y cumple un rol estratégico en el interior”, dijo por su parte, el vicepresidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Néstor Cestari.
Otro inconveniente es que el Estado financia la compra de equipos importados. Tanto desde CAFMA como de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (AFAMAC) solicitaron a los funcionarios que con los fondos públicos no se subsidie la compra de equipos importados, ya que perjudica la industria nacional; lo cual tiene un gran impacto en las economías regionales.
Futuro promisorio
A pesar del escenario actual, los empresarios se muestran entusiasmados a futuro. Por un lado, la suba del dólar incentiva las exportaciones, al otorgar más competitividad; aún con la incorporación de las retenciones. En ese sentido, varias empresas están fortaleciendo los vínculos comerciales con países del Mercosur y europeos.
Por otro lado, las buenas proyecciones de la próxima campaña despiertan optimismo.
Es que según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), para la campaña 2018/2019 se estima una cosecha de 125,9 millones de toneladas en una superficie de 33,5 millones de hectáreas. Esto significa un 3,6% más del área y un 33,6% más de producción en relación a la campaña 2017/2018.
Lógicamente, la obtención de buenos resultados productivos y económicos incide de manera directa en la inversión en tecnología y maquinaria y los empresarios confían en que se podrán reactivar las ventas.
*Especial de Mariana Scalerandi
