viernes, 29 de marzo de 2024
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Próxima campaña: ¿Trigo o cultivos de cobertura?

Uno de los interrogantes que pesan sobre los productores frente a las próximas fechas de siembra de otoño-inierno es si vale más implantar trigo o hacer un cultivo de cobertura. Reflejo de un debate de difícil solución fue una de las discusiones más interesantes que se dieron en el marco de las Agrojornadas 2015, en un living que centró el tema en una cuestión casi binaria sobre si trigo sí o trigo no. Especialistas esgrimieron argumentos para una y otra causa.
La Jornada sobre Mercados Granarios, Trigo 2015/16, Economía 2015, Clima y Cultivos Invernales de Cobertura contó con más de mil asistentes y fue organizada por la Bolsa de Cereales de Córdoba en el Dinosaurio Mall, con el aporte de coorganización de Agroverdad y La Voz del Interior.
El presidente de la Bolsa de Cereales, Juan Martín Buteler, fue el encargado de conducir un contrapunto muy interesante. De un lado se sentó Mariano Granetto, integrante de Aapresid Río Segundo, en el centro de Córdoba. Del otro estuvo Pablo Solfanelli, asesor del grupo Río Seco, en el norte provincial. Cada uno, con su fórmula y su modelo, defendieron posturas disímiles. Posteriormente, terció en la dicusión uno de los más respetados especialistas en trigo del país, el ingeniero Jorge Fraschina (INTA Marcos Juárez), quién sintetizó su opinión en: “el mejor cultivo de cobertura, es el trigo”, sentenció.
(Nota del editor de Agroverdad: reproducimos el artículo publicado por el diario la Voz del Interior en su Suplemento Economía & Negocios, con algunos aapuntes del Editor de Agroverdad, como los anteriormente referidos a Fraschina).

Ganan y pierden
Granetto indicó que muchos miembros Crea de su grupo optaron por un cultivo de cobertura, “que le va ganando al trigo”. Su visión es que desde hace cuatro años los cultivos de cobertura vienen tomando mayor importancia y entiende que este año volverán a crecer en superficie.
Solfanelli reconoció que 2007 fue el último año que “ganaron” con el trigo. “Pero le tengo miedo a cómo se va a comportar el cultivo de cobertura a largo plazo”, lanzó precavido.
Mariano Granetto acordó en las bondades del trigo para el sistema, pero al no poder hacerlo como una buena expresión de cultivo, se fue perdiendo, sumando los problemas de comercialización. “La cobertura es una herramienta que miramos con mucho cariño. No digo que no al trigo, pero para lo que busco, lo satisface un cultivo de cobertura: se sale antes, con buen perfil de humedad, logrando buena implantación y desarrollo”, argumentó.
La pregunta del millón es cómo hace el productor, si los márgenes de trigo son más negativos que los del maíz y la soja. No es lo mismo si se trabaja en campo alquilado o en el propio. La sustentabilidad importa, pero en una mirada corta hay quienes primero piensan en cómo llegar al otro lado del río.

Los costos ocultos

En esas aguas navegó uno de los capítulos de la jornada, que estuvo dirigido a revalorizar y repensar el cultivo de trigo. Jorge Fraschina, del Inta Marcos Juárez, destacó su importancia en la rotación para una mayor eficiencia de recursos.
Explicó que en el sudeste de Córdoba, donde se agregó la influencia de napas en cultivos de suelo 1, se duplicó la superficie de trigo como opción para utilizar esos excesos y hacerlos descender de cara los cultivos de verano. “Se cambió disponibilidad de humedad por materia orgánica y carbono, que tienen un impacto directo en el sistema de producción”.
Apuntó que de la no rotación de cultivos forman parte decisiones de corto plazo, tomadas sobre la marcha de la campaña agrícola. En soja sobre soja se computan precios de semillas, labores, productos químicos, comercialización y alquiler. “Pero no se incluyen materia orgánica, pérdida y exportación de nutrientes, de porosidad del suelo y agua. Son los costos ocultos de la producción”, subrayó.
“Si lo pudiéramos medir con más precisión, los costos serían distintos para la soja”, resaltó.
A la hora de las recomendaciones remarcó que el suelo debería contar con raíces vivas todo el año. Citando a Rodolfo Gil señaló además de un aporte de carbono superior, con cada cosecha el trigo deja en el suelo 36 kilómetros de raíz por metro cuadrado, contra con 18 kilómetros del maíz y 16 de la soja. Su sistema radicular es de suma importancia para la exploración del suelo y abre canales para cultivos siguientes.
“No hay que hablar de trigo solo, sino de secuencia de cultivos. Ver qué estamos comprometiendo en nuestro sistema de producción y cuál es el aporte que se hace con cultivos de cobertura”, fue su conclusión.

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