La Sociedad Rural Argentina alertó sobre posibles intervenciones del gobierno al normal funcionamiento del Mercado de Hacienda de Liniers, aunque sin puntualizar qué concretamente provocaba sus prevenciones.
En los últimos días, han proliferado las declaraciones y amenazas de distintos funcionarios del gobierno nacional y de los agrupamientos políticos que responden a los sectores duros del oficialismo.
Esa ofensiva tuvo continuidad ayer con el objetivo de forzar una baja en el precio de la hacienda. El sucesor de Guillermo Moreno en la Secretaria de Comercio Interior, Augusto Costa, apostó a que esta semana comenzará a descender el precio de la carne. Y habría operado para lograrlo, haciendo requerimientos concretos a frigoríficos e hipermercados y operadores del Mercado de Liniers.
Estos últimos, negaron que se haya producido una intervención «directa» a Liniers pero admitieron haber sido “hablados”.
En medio de todo eso, la Sociedad Rural Argentina recordó los desaciertos gubernamentales en materia de ganados, carnes y exportaciones.
Opinó, al igual que casi todo el sector agropecuario, que los altibajos abruptos en los precios “sólo podrán corregirse a través del estímulo a la producción de carne y a las exportaciones, y dando un marco de estabilidad y confianza a una inversión de largo plazo como es la ganadería”.
Comunicado de la SRA
Ayer, la entidad emitió una declaración cuyo texto es el siguiente:
La Sociedad Rural Argentina (SRA) alerta sobre las intervenciones al normal funcionamiento del Mercado de Hacienda de Liniers, referencia indiscutida en materia de precios, y sobre la necesidad de contar con una plaza concentradora de hacienda y formador de valores en la mayor transparencia.
Las políticas oficiales de control de precios, de intervención a los mercados y de límite a las exportaciones fueron los ingredientes del cóctel explosivo que afectó al negocio de la carne y que perjudicó tanto a consumidores como a productores que vieron aumentar los precios producto de la escasez de carne.
Desaparecieron más de 10 millones de cabezas de hacienda, y miles de productores ganaderos.
Desde hace años, insistimos en la necesidad de terminar con las continuas intervenciones y restricciones que se implementaron para el mercado de la carne, que afectaron fuertemente a la ganadería y que tuvieron gravísimas consecuencias para la economía en general. Perdimos el ingreso de divisas por exportaciones de un producto que fue reconocido por su excelencia en todos los rincones del mundo. Pasamos de exportar 771 mil toneladas en 2005 a 207 mil en 2013. Dejamos de abastecer a más de 30 mercados. Incumplimos con la exportación de la Cuota Hilton por cuarto año consecutivo.
Se conocen también las nefastas consecuencias de las intervenciones para los trabajadores de la carne, que vieron mermar empleos en miles, y para la industria frigorífica, con el cierre de más de 130 establecimientos.
El relato y la supuesta defensa de la mesa de los argentinos se estrella en las góndolas de los supermercados y en los mostradores de las carnicerías, con aumentos de precios que resultan de políticas oficiales erradas y que sólo podrán corregirse a través del estímulo a la producción de carne y a las exportaciones, y dando un marco de estabilidad y confianza a una inversión de largo plazo como es la ganadería.
Sin insistir en políticas y prácticas erróneas, los argentinos podemos comer carne en cantidad y calidad a precios razonables y abastecer al mundo con nuestros emblemáticos productos generando las divisas y el empleo que nuestro país tanto necesita.