viernes, 29 de marzo de 2024
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Ahora, la oferta de campos para alquileres supera a la demanda

Holgada oferta de campos agrícolas para arrendamiento

Se renegocian contratos, con ajustes en las condiciones

Por Rodrigo Etcheverry y Enrique Ortiz (*)

PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO LA VOZ DEL CAMPO, DE HOY VIERNES 8 DE JUNIO.

Hace un año atrás nadie lo hubiera creído; sin embargo, hoy comienza a convertirse en realidad: ahora sobran campos para alquilar.

La jornada de actualización técnica que organizó la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (Cair), el 19 de mayo en el Inta Castelar, fue una oportunidad única para realizar una ronda de consultas que confirme las tendencias. Colegas de todo el país se congregaron en una reunión de capacitación, que tuvo sus horas más jugosas en los diálogos que se generaron entre los miembros de la cámara.

«Actualmente se están renegociando prácticamente todos los contratos», manifestó el ingeniero agrónomo Silvano Morettin, un conocido comisionista de la castigada zona de Cañuelas, en la provincia de Buenos Aires.

«En nuestra región los primeros en prender la luz amarilla fueron los grandes «pooles» de siembra. Y detrás de ellos el resto de los agricultores, que están terminando una de las peores campañas de las que tengamos memoria. Ya nadie quiere comprometerse a pagar arrendamientos fijos, y mucho menos con pago adelantado. Todos intentan volver al formato de pago porcentual, aunque se adelante algún quintal al comenzar el contrato. Hoy como nunca hay muchos campos ofrecidos y pocos interesados en tomarlos», aseguró Morettin.

«Nunca nos pasó algo igual», comentó Juan José Rodríguez, operador de Villa María y la zona.

«Nos pasamos la vida corriendo para conseguir campos agrícolas para arrendar, y cuando aparecían, los negocios se concretaban de manera instantánea. Siempre había alguien dispuesto a subir la oferta o mejorar los plazos de pago. Nunca se comenzó tan tarde a renegociar contratos, todos los arrendatarios están pidiendo quitas, bajas en los valores, ajuste por producción y que desaparezcan los pagos adelantados para entrar en los campos. Muchos ya han decidido que si los propietarios no acceden a sus pedidos los dejarán, por eso hoy la oferta es mucho mayor a otros años», manifestó con cara de preocupación.

«La sequía fue mucho más grave de lo que la gente piensa aquí en el sur de la provincia. Algunos productores han sufrido pérdidas aceptables, y si esta situación los encontró con sus finanzas sanas irán por la revancha, pero a muchos otros el quebranto producido directamente los saca del juego», agregó Diego Felizzia, reconocido corredor inmobiliario de Río Cuarto. Según su diagnóstico, la pérdida en algunos casos es casi total y ya se resintió la cadena de pagos en el interior.

Felizzia sostiene que en la zona de Río Cuarto nadie quiere pagar valores fijos.

«Algunos conocidos agricultores apenas aceptan hacer algún pago parcial adelantado y el resto ajustado a porcentaje de la producción. No tengo dudas de que los propietarios tendrán que comenzar a compartir riesgos, o en esta campaña van a quedar campos sin alquilar. Esto que está pasando es sin dudas un proceso de adaptación a las nuevas condiciones de la región; comienzan a valorarse los antecedentes de los arrendatarios, su forma de trabajar y su trayectoria. Da la impresión de que este año van a sobrar campos agrícolas», concluyó.

Nueva forma de contratar. Nadie hubiera imaginado hace apenas un año diálogos como los escuchados durante la jornada. La tierra agrícola es el bien más escaso en la Argentina –y en el mundo–, y los agricultores, después de años de «selección natural», aprendieron que aumentando la escala de producción se protege el negocio y se mejora la renta.

La competencia por captar las mejores tierras agrícolas cambió el mapa del país y el estilo de vida de mucha gente. En menos de 10 años los precios subieron mucho, dejando en manos de los propietarios de los campos el diferencial que la evolución tecnológica produjo con mejores rendimientos.

Sin embargo, en muchos casos se asumieron riesgos elevados, y cuando eso pasa, la sequía no perdona.

Debería agregarse al análisis la ausencia total de políticas que permitan absorber los normales altibajos que el clima y los mercados generan. Mantener el exagerado nivel actual de retenciones y las negativas regulaciones comerciales en las actuales condiciones, fue condenar a la quiebra a miles de agricultores cordobeses.

El obstinado mantenimiento de trabas a la exportación producirá este año la menor superficie de trigo sembrada en cincuenta años.

Algún día el mundo entero nos juzgará por permitir que en las mejores tierras que se conozcan no se produzcan los alimentos que tanta falta hacen. Pero de esto nuestra gente sabe mucho. Nos referimos al cambio de las reglas de juego y la indispensable «cintura» que se requiere para adaptarse y sobrevivir.

La necesidad de supervivencia que el productor argentino enfrenta cada año generó la técnica de la siembra directa, miles de engordes a corral caseros, el silo bolsa, la rápida adopción de nuevos híbridos y variedades, y tantos otros «inventos» que el mundo entero copia y sólo aquí no se valora en su justa medida. La necesidad de cumplir con los compromisos asumidos y seguir produciendo, hacen que hoy en día se estén renegociando cada uno de los contratos de arrendamiento en Córdoba, y que por ahora sobren los campos.

Los autores son ingenieros agrónomos, integrantes de la empresa Marca Líquida.

Sin embargo, en muchos casos se asumieron riesgos elevados, y cuando eso pasa, la sequía no perdona.

Debería agregarse al análisis la ausencia total de políticas que permitan absorber los normales altibajos que el clima y los mercados generan. Mantener el exagerado nivel actual de retenciones y las negativas regulaciones comerciales en las actuales condiciones, fue condenar a la quiebra a miles de agricultores cordobeses.

El obstinado mantenimiento de trabas a la exportación producirá este año la menor superficie de trigo sembrada en cincuenta años.

Algún día el mundo entero nos juzgará por permitir que en las mejores tierras que se conozcan no se produzcan los alimentos que tanta falta hacen. Pero de esto nuestra gente sabe mucho. Nos referimos al cambio de las reglas de juego y la indispensable «cintura» que se requiere para adaptarse y sobrevivir.

La necesidad de supervivencia que el productor argentino enfrenta cada año generó la técnica de la siembra directa, miles de engordes a corral caseros, el silo bolsa, la rápida adopción de nuevos híbridos y variedades, y tantos otros «inventos» que el mundo entero copia y sólo aquí no se valora en su justa medida. La necesidad de cumplir con los compromisos asumidos y seguir produciendo, hacen que hoy en día se estén renegociando cada uno de los contratos de arrendamiento en Córdoba, y que por ahora sobren los campos.

(*) Los autores son ingenieros agrónomos, integrantes de la empresa Marca Líquida.

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