El desconcierto entre las encuestadoras anoche fue grande. Balbucearon explicaciones. Hoy, ya las tienen más armadas y señalan que la provincia de Santa Fe es «muy difícil» de encuestar.
Pero quizás lo más significativo que dejan las elecciones que han pasado en los grandes distritos electorales es que la idea que se pretendió instalar de que «Ya ganamos» (el kirchnerismo y Cristina) tiene un valor muy relativo, como igualmente los vaticinios de que otros «ya perdieron».
Con matices y opiniones contrapuestas, lo cierto es que en Santa Fe más del 70 % del voto a gobernador fue claramente una manifestación de rechazo al modelo K.
Como se apuntó antes, los candidatos presidenciales de la oposición «no ganaron» pero tampoco perdieron.
Hermes Binner no quedó tan posicionado como esperaba pero tampoco fuera de carrera. Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió apoyaron al Frente Progresista y de algún modo celebraron. Eduardo Duhalde estuvo con el PRO y Del Sel anticipó que lo votará. Mauricio Macri, seguro ganador el próximo domingo en el balotaje de la ciudad de Buenos Aires y que anoche, otra vez, exhibió suimágen triunfadora, quedará como un gran elector, un papel parecido al que jugó, en cierta medida, Carlos Reutemann en la última semana de la campaña electoral en Santa Fe.
Conclusión: hay una historia que todavía no se ha escrito. La que viene. Ni los afanes del kirchnerismo por hace creer que ya ganó ni las encuestadoras, han encontrado hasta ahora una inexorable corroboración en la práctica.