En la asamblea se sostuvo que los frigoríficos importadores «abarrotaron las cámaras de pulpa, cubriendo su stock para lo que resta de 2011» y que las pocas ventas que realizan los productores se efectúan a «un 30 por ciento menos del valor que tenía el kilo de cerdo en pie», habiendo pasado de 7,20 a 5,20 pesos.
Durante la reunión se denunció que los empresarios bajan el precio del cerdo vivo que se le paga al productor pero que ese menor costo no lo trasladan al consumidor. «Su rentabilidad creció un 40 por ciento más de lo habitual», se puntualizó.
«Tenemos que llegar a un acuerdo para poner un límite, un cupo, y que sea predecible la producción de cerdo», reclamó el secretario gremial, Omar Príncipe.
El Secretario de Coordinación de la FAA, Juan Manuel Rossi, dijo a su vez que «hoy no parece quedar otra alternativa que ir a una protesta, para conseguir las soluciones que necesitamos».
El programa «Cerdo para todos» del gobierno de Cristina Fernández fue duramente criticado.
Pantomima y chantada
El presidente de la FAA, Eduardo Buzzi, dijo: «En diciembre de 2010 le planteamos a Julián Domínguez (el Ministro de Agricultura y Ganadería) que era necesario actuar para que fueran los pequeños y medianos productores quienes hicieran los chanchos, en un momento en el que el precio de los animales era bueno y la carne de vaca, cara. Pensamos que lo había entendido. Pero no fue así. En lugar de alentar el consumo de carne de cerdo o de propiciar la presencia de pulpa fresca en las carnicerías, optaron por el camino de presentar hoy la pantomima y la chantada del ‘Cerdo para todos’, que es un ‘plan’ que pretende abastecer a millones de argentinos con 2 camiones a los que hay que encontrar. Una vez más, eligieron beneficiar a 4 o 5 grandes industriales amigos, para que traigan carne de afuera –con la consecuente baja de los precios que se pagan al productor en el mercado interno- a quienes se les permite mantener la misma rentabilidad, sin que le llegue ningún beneficio a los consumidores, a quienes no le bajaron ni un centavo».
Al problema porcino Buzzi sumó las aflicciones de los productores tamberos «a los que se le bajan los precios que perciben por su leche» y de los productores trigueros «que tienen 4,5 millones de toneladas sin poder vender mientras el mundo necesita trigo».
«Evidentemente, algo anda mal en la política agropecuaria, y eso nos obliga a discutir qué políticas públicas necesitamos para poder seguir siendo productores y para que se regule el ingreso de productos extranjeros, así como también a organizarnos a través de cooperativas para poder defendernos al momento de vender», sentenció el titular de FAA.–